Litio: Esperanza para la economía boliviana o un círculo vicioso del cual no podemos salir
Definitivamente, la situación actual de la economía boliviana es complicada, la economía nacional se vio paralizada a causa de la pandemia; sin embargo, en los últimos meses se señala que existió cierta recuperación económica. Uno de los factores que impulsaron esta situación fue que las exportaciones se fueron recuperando. Esta recuperación en balanza comercial se ve reflejada por el incremento del precio de las materias primas, materias primas que demandan las economías industrializadas; ciertamente, esto puede deducirse como una recuperación de la economía mundial post pandemia.
El problema radica en la misma exportación de materias primas. Bolivia, a lo largo de la historia giró su economía en base a la extracción, explotación y exportación de materias primas. Así sucedió con la plata, el estaño, luego, el gas y actualmente la mirada se vuelca hacia otro mineral, el litio. No es nuevo señalar que la producción de gas y minerales se encuentra en rendimientos decrecientes y aparentemente ahora se busca un sustituto para ello.
Entonces, si seguimos por la misma senda, deberíamos preguntarnos ¿Qué viene posteriormente, cuando ya no podamos extraer litio? ¿A qué otra materia prima nos aferraremos? Definitivamente, la perspectiva extractivista que adopto el país debe cambiar. No podemos argumentar que saldremos de este círculo vicioso en base a una materia prima nuevamente.
El pasado 21 de agosto, el Ministro de Hidrocarburos, Franklin Molina, posesionó a Carlos Humberto Ramos Mamani como nuevo Presidente Ejecutivo de la Empresa Pública Nacional Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB). Molina señaló lo siguiente: “Queremos llegar al 2024 con una capacidad productiva importante que permita a nuestro país ingresar a la era de la industrialización con valor agregado para nuestro litio boliviano” argumentando, que esa debía ser la misión de la nueva autoridad.
A su vez, Ramos aseguró que el litio se convertirá en el pilar económico de Bolivia en 2024 y que sería un pilar fundamental de la economía nacional. “Con la implementación de la Extracción Directa de Litio, veo a la empresa consolidando la industrialización del litio, ese es el desafío, tener las plantas ya funcionando hasta el 2024, que estén estabilizadas en su producción y capacidad, como pilar fundamental de la economía nacional”, argumenta el nuevo Presidente Ejecutivo.
Ante esta aseveración existen varios puntos cuestionables, entre ellas la implementación de la extracción directa de litio:
Fue a partir de la gestión 2008 que se va hablando de la industrialización del litio; sin embargo, el proyecto tan soñado y esperado avanza a paso de tortuga. Para pensar en industrialización se deben tomar en cuenta dos aspectos muy importantes: Recursos y reservas de litio. Efectivamente, ya se había hablado de que nuestro país cuenta con grandes recursos del mineral. Aproximadamente un cuarto de los recursos mundiales, le siguen Argentina y Chile. Pero, no se puede señalar lo mismo de las reservas. El hecho de contar con reservas nos indica que, si se tiene las condiciones de poder explotar y producir litio, en nuestro caso, las reservas probadas del mineral figuran como cero.
Se habló de toda una gama de estrategias para consolidar la industrialización que va desde la extracción y producción de litio, hasta la expansión hacia otros salares. Definitivamente la realidad fue diferente a la expectativa, existieron evidentes retrasos, si bien existe producción, es mínima y muy por debajo de su capacidad.
La inversión efectuada, fue realmente alta, Gran parte de esta inversión se enfatizó en el método de concentración mediante la evaporización solar; sin embargo, el método es poco conveniente debido a la gran cantidad de lluvias que se producen en el sector, Así mismo, sucede con la composición química del litio boliviano, ya que contiene altas cantidades de magnesio en relación al litio, lo cual dificulta la extracción, además, de que no es conveniente para la producción de baterías de litio.
Ahora bien, el actual presidente argumenta que llegaremos a la industrialización a partir de la extracción directa de litio. Ante esta aseveración, es evidente que existirá una gran pérdida de la inversión realizada anteriormente y que YLB piensa realizar un borrón y cuenta nueva, definitivamente no se está actuando con coherencia y racionalmente, no se está actuando de manera seria.
Además, el hecho de cambiar el método de extracción, también significa modificar el marco legal, ya que actualmente COMIBOL es responsable del ciclo productivo y para la extracción directa, se requeriría de capital extranjero y según el marco legal establecido por la Ley 535 solamente las empresas estatales podrán dedicarse a este rubro y que la inversión extranjera solo puede intervenir en el proceso de industrialización, es decir, la fabricación de baterías de litio. Y este ha sido siempre un gran obstáculo para el desarrollo de un proyecto tecnológico, financiero y comercialmente viable en el objetivo de industrializar el litio
El mercado del litio es dinámico, por lo tanto, se debería consolidar una planta que pueda hacer frente a cualquier cambio tecnológico en el menor tiempo posible. Ahora bien, la pregunta radica en que, si el país está preparado para tal desafío, para llegar a la tan soñada industrialización, de establecer una planta que genere valor agregado y que trabaje a su máxima capacidad. Ya que de no ser así y de no poder cumplir las metas establecidas a lo único que llegaremos nuevamente será a exportar otra materia prima que, en este caso, es el litio, pues solo se puede divisar estos dos escenarios.
Finalmente podemos señalar que YLB no refleja una institucionalidad seria, ya que prácticamente se pretende cambiar el método de extracción olvidando la inversión millonaria que se realizó en las plantas de evaporización. Si bien se habló de todas las virtudes acerca del litio, no se tocó el tema sobre el impacto ambiental, así mismo, no existen estudios serios por parte de YLB y que estén al alcance del público. Recordemos que los recursos son finitos, y la economía nacional no podría girar nuevamente en una sola materia prima, lo crucial es diversificar otros sectores y que las plantas de litio que funcionan actualmente no forme parte de los llamados elefantes blancos.