LA PROSPERIDAD DE ALGUNAS NACIONES FRENTE A OTRAS; EL TEMA POR EL CUAL, TRES ECONOMISTAS, GANARON EL NOBEL 2024
Este año, el Premio Nobel de Economía ha sido otorgado a los economistas: Daron Acemoglu, Simon Johnson y James A. Robinson, por “sus estudios empíricos y teóricos sobre las diferencias en la prosperidad de las naciones y sus planteamientos de estrategias para entender la desigualdad”.
Los libros más importantes y conocidos sobre sus diferentes investigaciones son: “¿Por qué fracasan los países?” (2012) y “El pasillo estrecho” (2019) de Acemoglu y Robinson, y el “Poder y progreso” (2023) de Acemoglu y Johnson.
En estos trabajos de análisis económico y estadístico, hacen hincapié en los incentivos individuales a la hora de formular hipótesis para la validación sobre la “desigualdad de las naciones”. Estableciendo que las instituciones que promueven un Estado de Derecho, y son respetuosas de sus ciudadanos, tienen mayor desarrollo y éxito económico.
Sin embargo, un tema que enaltece aún más sus investigaciones, es el de las “instituciones inclusivas” y las “extractivas” y su impacto sobre el progreso de las naciones.
Al respecto, podría pensarse en primera instancia que el argumento no es novedoso, sin embargo, los ganadores del Nobel, demuestran que las brechas de desigualdad, responden fundamentalmente a las “diferencias entre las instituciones” de una sociedad.
Tomando como ejemplo la colonización de América, los premiados establecen que mientras en algunos lugares las “instituciones” generaron fundamentos para sistemas políticos y económicos fuertes (fueron inclusivas), en muchos otros, tuvieron el objetivo de explotar a la población indígena de manera discriminada (fueron extractivas).
Instituciones inclusivas y extractivas
Los países que recibieron instituciones inclusivas, aunque en sus inicios eran relativamente pobres, lograron, en general, una transformación económica y social significativa.
Por el contrario, los países que eran ricos antes de la colonización, pero que se vieron atrapados en sistemas extractivos, hoy, en general, enfrentan grandes desafíos para alcanzar niveles de desarrollo comparables. Estos últimos, señalan los ganadores del Nobel, al estar controlados por élites de poder se enfrentaron a enormes obstáculos para implementar reformas que promuevan el crecimiento inclusivo. Esto también, debido a que las élites que obtienen ganancias a corto plazo de las instituciones extractivas, no están incentivadas a realizar cambios que podrían beneficiar a la sociedad en su conjunto a largo plazo, ya que temen perder su control y privilegios.
Asimismo, exponen los laureados, que la falta de credibilidad de estas élites para llevar a cabo cambios positivos en la economía, genera desconfianza en la población, lo que a su vez refuerza las estructuras extractivas; demostrando que para reducir la desigualdad global y fomentar el crecimiento económico, es necesario fortalecer las instituciones inclusivas que permitan una distribución equitativa de las oportunidades y el poder.
La ciudad de Nogales, frontera entre EEUU y México
Los responsables de la otorgación del Nobel, destacaron la investigación efectuada por los galardonados en torno a Nogales, ciudad que es más próspera del lado estadounidense, pese a las similitudes geográficas con la región fronteriza mexicana.
Al respecto, observaron que el sistema económico en EEUU ofrece a los residentes de la frontera señalada, mayores oportunidades para escoger su educación y profesión, lo que les otorga amplios derechos políticos, económicos y sociales.
En contraste, en la frontera del lado mexicano, los residentes de Nogales viven bajo otras condiciones económicas, y el sistema político allí limita su potencial para influir en la legislación. Por lo que se podría concluir que la diferencia decisiva no es geográfica, ni cultural, sino institucional.
Según el jurado de los premios Nobel, “la introducción de instituciones inclusivas crearían beneficios a largo plazo para todos, pero las instituciones extractivas son las que proveen ganancias a corto plazo para los que están en el poder”.
Breve biografía de los ganadores
Daron Acemoglu, tiene 57 años, nació en Turquía. Es doctor en Economía y Ciencias Políticas (1992) por la London School of Economics (LSE) and Political Science. En la actualidad es profesor en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), Cambridge, EE. UU. Su tesis doctoral fue: “Ensayos sobre microfundamentos de la macroeconomía: contratos y desempeño económico”. La trayectoria académica de Acemoglu ha abarcado múltiples campos como la economía política, el crecimiento económico, la desigualdad de ingresos y la economía laboral.
Simon Johnson, tiene 61 años, es británico estadounidense; trabaja en el Massachusetts Institute of Technology (MIT). Junto a Acemoglu escribió el libro: Por qué fracasan los países. Los orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza. Entre 2007 y 2008, estuvo a cargo de la jefatura del Fondo Monetario Internacional (FMI). Sus especialidades abarcan temáticas ligadas a cuestiones de desarrollo, al sector financiero y su regulación, a la política fiscal y las formas en que la tecnología puede mejorar o limitar la prosperidad de las naciones.
James A. Robinson, tiene 64 años, es de origen británico. Se desempeña como catedrático en la Universidad de Chicago. Es economista y politólogo, se destaca por sus aportes al conocimiento del desarrollo político y económico y las relaciones entre el poder político y las instituciones y la prosperidad. Es miembro del Instituto de Estudios Africanos de la Universidad de Nigeria en Nsukka. Realizó trabajos de campo y recopilación de datos sobre Bolivia, Colombia, Haití, la República Democrática del Congo, Nigeria, Sierra Leona, Sudáfrica y Zimbabwe.