La peor crisis de la historia económica

En los últimos meses el mundo está sufriendo la peor crisis de la historia, el COVID-19. Este virus está afectando enormemente a todas las economías, y el impacto es incierto en cuanto a su tamaño, profundidad y duración. Muchos economistas expertos indican que la economía mundial ya está en recesión o depresión.  Yo diría que la economía mundial se encuentra en una Gran Depresión + 1, ya que el golpe no es solamente a la actividad económica sino también a la humanidad.  Asimismo, el efecto al sector económico se ha generalizado y se acelera cada día más y más. Nadie puede escapar a esta tragedia y es un desafío que requiere una respuesta global. En un esfuerzo por controlar las consecuencias económicas y financieras del COVID-19, el primer instinto es buscar precedentes y remedios en crisis anteriores como ser la Gran Depresión (1929) y la Gran Recesión (2009) ¿Podemos aprender de las crisis anteriores para combatir el COVID-19 o necesitamos ir más allá?

LA GRAN DEPRESIÓN – 1929

En 1929 el mundo fue golpeado por la Gran Depresión, originada en los Estados Unidos, la cual duró hasta 1941. Se inició con la caída del mercado de valores de los Estados Unidos, causó drásticos descensos en la producción, un severo desempleo, una aguda deflación y una crisis financiera. Ocasionó un colapso en grandes instituciones financieras en Europa, como ser el banco austriaco Credit-Anstalt en 1931, el cual causo un impacto multiplicador en muchos bancos de ese continente (Bernanke, 2013). Durante este periodo la economía real se contrajo en grandes cantidades cada año. Durante los primeros cinco años de la depresión, la economía de los Estados Unidos  se contrajo en un 50%, el desempleo se elevó al 25%, la deflación se disparó por encima del 10% y el comercio internacional se derrumbó en un 65%. Con respecto al sector financiero, en 1933, 4.000 bancos habían quebrado y el mercado de valores perdió el 90% (Amadeo, 2020).

¿Qué causó esta colosal calamidad? Según Bernanke (2013) y Fiorello (2019), hubo muchas causas diferentes, entre las principales se encuentran, las repercusiones de la Primera Guerra Mundial; los problemas con el patrón oro, la burbuja de los precios de las acciones a finales de los años 20 y el pánico financiero. El punto de inicio se da a partir del 24 de octubre de 1929, con la caída del 11 por ciento del Dow Jones, de la Bolsa de Nueva York, los cuales generaron un gran pánico e impulso entre los inversionistas a vender sus acciones en un volumen sin precedentes. Asimismo, la Reserva Federal no prestó ayuda a los bancos y miles de pequeños productores se derrumbaron, en parte porque ésta institución se negó a crear más efectivo cuando la oferta de dinero se redujo. La Reserva Federal fracasó en este primer desafío, no utilizó la política monetaria de manera agresiva para evitar la deflación y el colapso de la economía. No cumplió adecuadamente su función de prestamista de última instancia, permitiendo muchas quiebras bancarias.

¿Qué terminó con la Gran Depresión? Dos factores claves son mencionados, la llegada de Franklin Roosevelt al poder y la Segunda Guerra Mundial. En 1933, Franklin Roosevelt tomó una variedad de acciones para contrarrestar la Depresión. La primera fue el establecimiento de un seguro de depósito en 1934. La otra fue que abandonó el patrón oro, lo cual permitió la liberación de la política monetaria y la expansión de la oferta de dinero, lo que terminó con la deflación y condujo a un poderoso repunte a corto plazo en 1933 y 1934 (Bernanke, 2013). Comenzó a aplicar políticas que formaban parte de lo que se conocería como el New Deal.  El primer acuerdo comenzó en 1933, se centró en la economía, los bancos y los agricultores en un intento de fortalecerlos en su punto más débil. En 1935 comenzó el segundo acuerdo, el cual estaba dirigido a ayudar a los estadounidenses pobres y desempleados. 

LA GRAN RECESIÓN – 2008/09

Durante la Gran Recesión, la economía de los Estados Unidos y gran parte de la economía mundial se contrajo. El PIB norteamericano cayó en más del 5 por ciento (Bernanke, 2013), lo que significa una recesión bastante profunda. El desempleo aumentó al 10 por ciento, lo cual significó que 8.5 millones de personas perdieron sus trabajos. Muchos países del mundo se encontraban en la misma situación. ¿Qué causó la Gran Recesión?  Las vulnerabilidades del sector privado y público, y el excesivo endeudamiento asumido quizás por el período de la Gran Moderación (1985-2007), en el que la economía mostró ciclos comerciales excepcionalmente estables.

Entre las vulnerabilidades privadas se encuentran, la incapacidad de los bancos para controlar sus propios riesgos, la excesiva dependencia de la financiación a corto plazo y el creciente uso de instrumentos financieros exóticos. Con referente a las vulnerabilidades públicas, se encuentra el vacío legal en la supervisión del sector financiero y el patrocinio por parte del Gobierno a empresas como ser Fannie Mae (Asociación Nacional Federal de Hipotecas) y Freddie Mac (Corporación Federal de Hipotecas para Viviendas) que fueron establecidas por el Congreso de Estados Unidos para apoyar a la industria de la vivienda, pero funcionaban con muchos vacíos legales y sin normas estrictas para controlar las hipotecas. Había muchas hipotecas exóticas, las cuales se ofrecían a menudo a personas sin capacidad crediticia, con bajas tasas de interés, largas amortizaciones y sin respaldos. Además, estas hipotecas fueron fusionadas con otros valores, las cuales estaban distribuidas en diferentes lugares y nadie sabía realmente dónde éstas estaban (Bernanke, 2013).

Por tanto, se creó mucha incertidumbre en los mercados financieros. Hubo toda una serie de corridas, que generaron enormes presiones sobre las principales empresas financieras. Entre ellas, se encontró a Fannie y Freddie, que se declararon insolventes en septiembre de 2008, pero fueron rescatadas por el Tesoro con la aprobación del Congreso de los Estados Unidos. Otro de los afectados fue Lehman Brothers, el cual quebró y provocó una conmoción en el mercado Financiero (Commercial Papers). AIG, la mayor compañía de seguros del mundo, es otra que estuvo muy cerca de quebrar en octubre de 2008, pero fue rescatada por la FED.

En diciembre de 2008, la política monetaria convencional se agotó debido a la caída de la tasa de interés (Federal Fund Rate) a cero.  La economía claramente necesitaba apoyo adicional, una política monetaria no convencional, la cual fue la “compra de activos a gran escala – LSAPs”.  Asimismo, la política monetaria, en lugar de centrarse en la tasa a corto plazo, se centró en tasas a largo plazo, promoviendo así el crecimiento y la recuperación de la economía. Otro instrumento que utilizaron fue la comunicación sobre la política monetaria (Forward Guidance). Por último, se promulgaron normativas en el área financiero (Dodd-Frank Act) cerrando así los vacíos legales que existían anteriormente (Bernanke, 2013).

La Gran Recesión también activo la política fiscal como una herramienta para combatir la crisis y estimular la actividad económica. Durante el período 2009-10 se aplicaron aumentos en el gasto público y recortes de impuestos (Ilzetzki, 2011).  Asimismo, Paul R. Krugman (2009) menciona que la política fiscal puede ser eficaz en el espíritu de Keynes (1936), lo que significa que los aumentos del gasto público o los recortes de impuestos pueden tener importantes efectos positivos en la producción y el consumo y este estímulo fiscal es efectivo cuando el desempleo es alto y la productividad es baja (Parker, 2011).

Asimismo, para contrarrestar la Gran Recesión, se propuso un acuerdo global para apoyar a los bancos e instituciones financieras con accesos de financiamiento del Banco Central y capital del gobierno para restablecer la confianza de los depositantes e inversores. Se proporcionó financiamiento a corto plazo (discount window) a los bancos y se amplió el plazo de vencimiento de los préstamos. También, se crearon varios programas de liquidez especial y facilidades de crédito. De esta manera, se calmó el pánico y se estabilizaron las instituciones y el mercado (Bernanke, 2013).

 EL GRAN ENCIERRO

El COVID-19 está produciendo una conmoción en la economía real, con consecuencias devastadoras para empresas, trabajadores, y sector financiero. Jesse Rothstein, director del Instituto de Investigación sobre Trabajo y Empleo de Berkeley (IRLE) indica que “definitivamente nos dirigimos a algo mucho más profundo que la Gran Recesión, y comparable a la Gran Depresión…lo que no sabemos todavía es si seremos capaces de reaccionar rápidamente o si se prolongará durante una década o más”. Igualmente, economistas del Banco Mundial expresan que el COVID-19 es una crisis sanitaria y económica única y sin precedentes, que se ha vuelto global en un tiempo récord, y que afecta tanto a la demanda como a la oferta (Izvorski et al., 2020)

Entre las principales victimas del COVID-19 se encuentran el Producto Interno Bruto (PIB) y el empleo. Según, el Secretario General de la OCDE, Ángel Gurría, la pandemia afectará a las principales economías con una reducción de un tercio de su PIB y por cada mes de contención, habrá una pérdida de 2 puntos porcentuales en su crecimiento anual. Asimismo, la directora del FMI, Kristalina Georgieva, expresa que el COVID-19 afectará a más de 170 países con crecimientos negativos de aproximadamente – 3 por ciento siendo los mercados emergentes y las naciones de rentas bajas, como África, América Latina y parte del Asia las más afectadas. Por otro lado, James Bullard, presidente del Banco de la Reserva Federal de St. Louis, es más pesimista,  indica que el PIB podría caer en un 50 por ciento.

Con respecto al desempleo, Christina Romer economista de Berkeley expresa que se necesita un nuevo termino para definir el tipo de desempleo que se avecina, el cual no será uno cíclico (Klein, 2020). Por otro lado, James Bullard manifiesta que el desempleo podría alcanzar aproximadamente a un 30 por ciento. Asimismo, el Director General de la Organización Internacional de Trabajo (OIT), Guy Ryder, añadió que los principales sectores afectados por el COVID-19 serán la alimentación y alojamiento; venta al por menor y al por mayor; servicios empresariales y administración; y manufactura, los cuales conforman el 37.5 por ciento del empleo mundial.  Otro sector afectado es el financiero, por la caída de las Bolsas de Valores a nivel mundial y la “aversión al riesgo” el cual está provocando una fuga de capitales y depreciaciones.

De acuerdo a estudios realizados por economistas del Banco Mundial, el COVID—19  presenta  tres efectos principales. El primero, la rápida pérdida de vidas, de empleos y otros ingresos. El segundo, con una grave recesión económica debido al repentino cese de la actividad económica. El tercero, con el deterioro a gran escala del sector financiero y empresarial.  Del mismo modo, recomiendan atacar a la pandemia mediante la lucha simultanea con la pandemia, recesión y el sector financiero. El actuar en todos estos frentes requiere de un conjunto de instrumentos de política en: salud y protección social, política fiscal y política monetaria. También es importante las políticas financieras, industriales y comerciales. Sugieren, que estas medidas sean oportunas, con plazos determinados, selectivas y transparentes. (Izvorski et al., 2020)

La Directora del FMI Georgieva sugiere tres áreas de acción para afrontar el COVID-19. Primero, un estímulo fiscal adicional para evitar un daño económico dando prioridad inmediata al gasto en salud y a los necesitados. Por ejemplo, durante la gran recesión, el estímulo fiscal del Grupo de los 20 ascendió a alrededor del 2 por ciento del PIB el 2009. Segundo, la política monetaria, los bancos centrales deben apoyar la demanda y fomentar la confianza mediante la relajación de las condiciones financieras. Tercero, los supervisores del sistema financiero deben tratar de mantener el equilibrio entre la preservación de la estabilidad financiera, el mantenimiento de la solidez del sistema bancario y el sostenimiento de la actividad económica.

Asimismo, el economista Jordi Galí  de la Universidad Pompeu Fabra, sugiere contrarrestar la crisis económica del COVID-19 a través del “Helicopter Money”. Los gobiernos tienen que intervenir y proporcionar a las empresas afectadas y a los trabajadores por cuenta propia, fondos para seguir pagando sus nóminas y los gastos, sin aumentar sus pasivos financieros. Esa asistencia adoptaría la forma de una transferencia no reembolsable durante el período de inactividad forzosa. La financiación directa e impagable por parte del Banco Central de las transferencias fiscales adicionales se la conoce comúnmente como “Helicopter Money”. Esta política no convencional se sugiere llevarlo a cabo en caso de emergencias, lamentablemente, esa emergencia se encuentra ahora sobre nosotros, provocada por el coronavirus. Por tanto, es el momento para el “Helicopter Money”.

Con referencia a la cooperación internacional, se sugiere que los gobiernos de países en desarrollo actúen de manera inmediata para solicitar a la comunidad internacional la suspensión de pago de deudas y créditos masivos con tasas nulas de interés y con plazos amplios para enfrentar la crisis. Del mismo modo, los bancos multilaterales de desarrollo como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, la CAF y otros dupliquen o tripliquen los montos de préstamo a estos países para contrarrestar el COVID-19. 

Si no se actuá de manera rápida y acertada “la arena del reloj se acabará” y el COVID-19 habrá vencido la guerra. Los gobiernos tienen un papel crucial en esta guerra que es considerada mucho más fuerte que la Depresión de los años 30. Por tanto, es menester actuar con políticas y medidas agresivas no convencionales en materia fiscal, monetaria y financiera debido a que estamos contra el tiempo. Todo con el objetivo de salvaguardar a la población en su conjunto. 

Para profundizar el tema se sugiere ver las siguientes referencias:

Amadeo Kimberly (2020). The 9 Principal Effects of the Great Depression. How This Low Point in American History Still Affects You Today. https://www.thebalance.com/effects-of-the-great-depression-4049299

Bernanke Ben S. (2013) The Federal Reserve and the Financial Crisis.  Princeton University Press, Edition 1, number 9928, March.

Fiorillo Steve (2019). Great Depression: Causes, Effects and Timeline.

https://www.thestreet.com/politics/great-depression-causes-14663720

International Monetary Fund.

https://www.imf.org/en/Topics/imf-and-covid19

Ilzetzki  Ethan (2011)  Fiscal policy and debt dynamics in developing countries.  The World Bank,  Policy Research Working Paper Series

http://documents.worldbank.org/curated/en/850821468325230387/Fiscal-policy-and-debt-dynamics-in-developing-countries

Izvorski Ivailo, Sandeep Mahajan, Lalita Moorty, and Gallina A. Vincelette (2020). A policy framework for mitigating the economic impact of COVID-19. https://www.brookings.edu/blog/future-development/2020/04/20/a-policy-framework-for-mitigating-the-economic-impact-of-covid-19/

Klein Ezra  (2020). How the Covid-19 recession could become a depression

https://www.vox.com/2020/3/23/21188900/coronavirus-stock-market-recession-depression-trump-jobs-unemployment

Parker Jonathan A. (2011). On Measuring the Effects of Fiscal Policy in Recessions.  Journal of Economic Literature Vol. 49, No. 3 (SEPTEMBER 2011), pp. 703-718 https://www.jstor.org/stable/23071728?seq=1#metadata_info_tab_contents

Galí Jordi (2020). Helicopter money: The time is now. https://www.ewi-vlaanderen.be/sites/default/files/bestanden/mitigating_the_covid_economic_crisis.pdf