Municipios en crisis
Si este año será deficitario para los gobiernos locales en el país, debido a una significativa merma en sus ingresos, especialmente por coparticipación tributaria e Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH), en 2021 será todavía peor. La pandemia global y el efecto del COVID-19 en las actividades productivas y comerciales, sumados a un entono político volátil, tendrán un enorme costo para el país.
En efecto: solo en los primeros ocho meses de este año, las transferencias del Gobierno nacional a los gobiernos locales cayeron en 26% en comparación con idéntico periodo en 2019, eso equivale a una merma de Bs 1.446 millones en los ingresos de los 339 gobiernos municipales. La proyección es que hasta fin de año esa merma sea de 33%, equivalente a Bs 2.014 millones.
Asimismo, el presupuesto del Estado para 2021 incluye una merma total de las transferencias de Bs 2.267 millones, es decir 28% menos que lo programado para este año. Debe añadirse a esta cifra la disminución, todavía no conocida, en los ingresos propios (impuestos, tasas, patentes y otros), producto de una evidente desaceleración económica y el cierre de innumerables emprendimientos productivos y comerciales en todas las ciudades.
Asimismo, el presidente de la Federación de Asociaciones Municipales (FAM-Bolivia) advierte de que la precaria situación en la que están cayendo los gobiernos autónomos municipales (GAM) es mucho peor de lo previsible, debido a que son éstos los que deben afrontar la mayor parte de las tareas de contención de los efectos del COVID-19 en la población: se presupuestó un gasto de hasta 15% para salud y en muchos casos se ha superado el 20%.
Añádase a los problemas objetivos planteados por la crisis económica, problemas de gestión por parte del Gobierno transitorio, que incluyen una aparente incapacidad para coordinar y lograr acuerdos con los gobiernos locales del país; el ejecutivo de la FAM lamenta que “las autoridades nacionales plantean soluciones parciales y parece no haber la intención de trabajar en forma conjunta para resolver los problemas”.
De ahí que por ahora la esperanza de los gobiernos municipales esté puesta en las elecciones y el gobierno legítimo que habrá de emerger de las urnas en octubre; la idea es que el gobierno electo revise el presupuesto 2021, pues “los municipios esperamos que haya una reactivación económica que beneficie a las autonomías”, según el citado presidente de la FAM.
Pero es evidente que no bastará con un incremento en las transferencias, pues los ingresos del Estado en su totalidad están mermando; un economista consultado por este diario considera que hay dos caminos: o reducir los gastos, con todo lo que implica en materia de prestación de servicios, o conseguir financiamiento, que a su vez implica contar con fuentes de ingreso que permitan afrontar las obligaciones propias de cualquier crédito. Hará falta, pues, mucha creatividad para afrontar la crisis que recién comienza a mostrarse.