¿Cómo impulsar al Sector Informal en América Latina en tiempos de Pandemia?

La economía informal es la realidad de la mayor parte de la población trabajadora del mundo. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el 61% de los trabajadores son informales en el mundo y el 90% de ellos se encuentran en países en desarrollo. Como ser el caso de América Latina y el Caribe, el cual muestra una tasa de informalidad del 53,1%, lo que indica que aproximadamente 130 millones de latinoamericanos trabajan en este sector. Esta situación es más profunda porque muchos, por no decir el 100%, no tienen contrato ni prestaciones sociales, y la mayoría tiene que recurrir al mercado informal para llegar a fin de mes. Estos indicadores reflejan que muchos países en desarrollo han tenido que convivir con la economía informal, que se ha convertido en la normativa de vida de ellos. Sin embargo, esta normativa ha aumentado constantemente debido a la pandemia del COVID-19. En este contexto, ¿cómo se puede impulsar el empleo en este sector?

La Informalidad en América Latina

Según el informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) desarrollado por Medina y Schneider (2018), titulado Economías en la sombra alrededor del mundo: ¿qué aprendimos en los últimos 20 años?, indica que los países con mayores niveles de informalidad son Zimbabue y Bolivia. Asimismo, el mismo estudio muestra que América Latina tiene altos niveles de informalidad. Igualmente, cabe recalcar que, a lo largo de la región, también hay una variación significativa; Bolivia, Nicaragua, Guatemala y Honduras presentan el mayor nivel de informalidad; y los niveles más bajos se encuentran en Uruguay, Costa Rica y Chile. En términos de género, las mujeres muestran mayor informalidad que los hombres, 54,3% y 52,3% respectivamente. Tomando en cuenta el aspecto geográfico, las zonas rurales muestran el 68,5% de informalidad y las urbanas el 47% (OIT, 2018).

¿Muerte por Covid-19 o por Hambre?

La pandemia y las medidas de cuarentena empeoraron aún más la situación del sector informal porque las medidas de confinamiento provocaron la pérdida de los medios de vida y llevaron a estos trabajadores a enfrentarse al gran dilema de morir de hambre o por el virus (OIT, 2020). Muchos de estos trabajadores de la economía informal son pobres y la mayoría carece de protección laboral, social y sanitaria. El sector informal tiene que trabajar “como sea” para tener comida para el día. Se necesitan urgentemente políticas públicas para proteger a estos trabajadores y reconocer su valor como proveedores de servicios esenciales, que son un pilar fundamental en varios sectores de la economía, como la seguridad alimentaria, la industria y los servicios. (Gerdin y Kolev, 2020). 

La economía informal requiriere un apoyo integral y a largo plazo. Más aún con toda la incertidumbre que conlleva este virus, que probablemente se agravará en los próximos meses y quizás años. Los gobiernos deben actuar ahora para que sus ciudadanos más vulnerables puedan hacer frente a la crisis. La mayoría son trabajadores esenciales que hoy son responsables de muchas actividades económicas. A pesar del enorme valor de este trabajo para sostener nuestras economías y sociedades, los trabajadores informales son excluidos o marginados con demasiada frecuencia en la política económica y social de estos países. Esto tiene que cambiar y hay que actuar muy rápidamente, ya que el coste de la inacción es -y será- enorme. (Alfers, 2020; Gerdin y Kolev, 2020).

¿Los microcréditos pueden ser una solución?

La creciente visibilidad de la economía informal es uno de los fenómenos más llamativos que caracterizan la economía del mundo en desarrollo. Estrechamente relacionado con este fenómeno está la aparición de Instituciones Microfinancieras (IMF) que responden a las necesidades financieras de los trabajadores informales que no pueden acceder al mercado financiero formal debido a las numerosas limitaciones que éste impone. Las IMF son una estrategia financiera cada vez más popular, que proporciona créditos a los excluidos para promover y apoyar la inversión en pequeñas empresas o microempresas. Las IMF ofrecen el eslabón perdido para las personas de bajos ingresos con expectativas empresariales.

El crecimiento del microcrédito se ha convertido en una iniciativa clave para el desarrollo de la región. En este sentido, cabe resaltar al Microcrédito Boliviano, el cual difiere del enfoque asiático, desarrollado por Muhammad Yunus – Grameen, que es más rural y se centra en la lucha contra la pobreza. El microcrédito boliviano se centra más en los pequeños negocios y las microempresas de las zonas urbanas. Se dirige a personas pobres con negocios establecidos que necesitan capital para crecer incluso desde cero (Weiss & Montgomery, 2005). Un ejemplo de microfinanciación pionera y exitosa en Bolivia que marcó un hito con su apertura es el “Banco Sol”(Navajas et al., 2000). En este contexto, los gobiernos de los países en desarrollo podrían contrarrestar la crisis de la pandemia del sector informal, con medidas agresivas no-convencionales como ser los microcréditos. Éstos pueden proporcionarse a bajos tipos de interés y con plazos ampliados para hacer frente a la crisis. 

Informalidad y Crecimiento 

Estudios sobre informalidad y crecimiento, muestran una relación negativa entre informalidad y crecimiento. Por otro lado, estudios más recientes sugieren una relación de U invertida entre informalidad y crecimiento (Perry et al., 2007; Porta & Shleifer, 2008; Busso et al., 2012; (OECD & Organization, 2019).  Más allá de estas definiciones, la informalidad es un fenómeno que actualmente está es continuo ascenso debido al virus del COVID-19. A tal efecto para fomentar el crecimiento en la región se debería impulsar a este sector y de esta manera los gobiernos estarían matando dos pájaros de un tiro, de salvaguardar a la población más vulnerable y de dinamizar la economía de la región. 

 

Referencias:

Alfers L. (2020). Income recovery in the informal economy will require broad and longer-term support.

https://oecd-development-matters.org/2020/04/22/the-covid-19-crisis-income-support-to-informalworkers-

is-necessary-and-possible/

Busso, M., Fazio, M. V., & Algazi, S. L. (2012). (In)Formal and (Un)Productive: The Productivity Costs of Excessive Informality in Mexico (Research Department Publications No. 4789). Inter-American Development Bank, Research Department.

Gerdin A. & Kolev A. (2020). Why protecting informal economy workers is so critical in time of COVID-19. https://oecd-development-matters.org/2020/04/17/why-protecting-informal-economyworkers-is-so-critical-in-time-of-covid-19/

Medina, L., & Schneider, F. (2018, January). Shadow Economies Around the World: What Did We Learn Over the Last 20 Years? (IMF Working Papers No. 2018/017). International Monetary Fund.

Navajas, S., Schreiner, M., Meyer, R. L., Gonzalez-vega, C., & Rodriguez-meza, J. (2000). Microcredit and the Poorest of the Poor: Theory and Evidence from Bolivia. World Development, 28 (2), 333-346.

OECD, & Organization, I. L. (2019). Tackling vulnerability in the informal economy. Retrieved from https://www.oecd-ilibrary.org/content/publication/939b7bcd-en 

Perry, G. E., Maloney, W. F., Arias, O. S., Fajnzylber, P., Mason, A. D., & Saavedra-Chanduvi, J. (2007). Informality: Exit and Exclusion (No. 6730). The World Bank.

Porta, R. L., & Shleifer, A. (2008). The Unofficial Economy and Economic Development. Brookings Papers on Economic Activity, 39 (2 (Fall)), 275-363.

Weiss, J., & Montgomery, H. (2005). Great Expectations: Microfinance and Poverty Reduction in Asia and Latin America. Oxford Development Studies, 33 (3-4), 391-416. doi: 10.1080/13600810500199210