ENCUESTA: EDUCACIÓN FINANCIERA EN ESTUDIANTES DE TERCER AÑO DE LA CARRERA DE ECONOMÍA DE LA UPEA
La educación financiera es un tema que en las dos últimas décadas goza de un creciente interés a nivel mundial, generando diversas investigaciones, estudios y programas en el compromiso de lograr su adecuada implementación; haciendo énfasis en que ésta sea aplicada a poblaciones cada vez más jóvenes y, si es mejor, desde la educación escolar (Segura, 2012).
Al hablar de educación financiera se hace referencia al conocimiento que pueda tener la persona sobre los conceptos, productos, servicios y herramientas digitales disponibles en el sistema financiero. Dichos conocimientos, inciden de forma trascendental en la toma de decisiones, tanto para su vida cotidiana como para los proyectos financieros que tenga que afrontar; así también, para su bienestar económico, entorno familiar, social y el desarrollo económico de su país.
Una inadecuada educación financiera entre los jóvenes, genera barreras que limitan el conveniente desenvolvimiento en cuanto a finanzas se refiere, viéndose perjudicados los indicadores de inclusión financiera de la población en todos sus segmentos.
Sin importar la carrera que opten, el empleo o trabajo que vayan a desempeñar los jóvenes, la educación financiera forma parte de su desenvolvimiento cotidiano, que a su vez incide en el desarrollo de su ciudad, región y país.
Al respecto, de acuerdo a las proyecciones de población por grupos etarios del Instituto Nacional de Estadística de Bolivia realizada para la gestión 2021 , el 27,12% está comprendida entre las edades de 15 a 29 años (INE, 2022), población joven que requiere contar con los instrumentos adecuados para un desempeño financiero favorable en su vida personal, laboral o profesional; a su vez, las universidades e instituciones de formación albergan y tienen mucha relevancia en la instrucción de dichas poblaciones; los programas o mallas curriculares no contemplan una materia específica en la cual se imparta la educación financiera como tal, en consecuencia, es necesario conocer la situación actual de la educación financiera de la población universitaria para plantear medidas que la fortalezcan.
1. Material y métodos:
La presente investigación aplica el método holístico holográfico y la técnica de la encuesta aplicada a estudiantes de tercer año de la carrera de Economía de la Universidad Pública de El Alto, de la gestión 2022. Los tres paralelos cuentan con aproximadamente 201 inscritos, donde, con una confianza del 95%, y un error del 4,7%, se generó la muestra de la poblacional a ser aplicada a 138 estudiantes.
Se analizaron: la segmentación por edades de los estudiantes, su fuente de ingresos, el manejo presupuestario y las herramientas digitales con las cuales se desenvuelven actualmente.
2. Desarrollo:
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), desde el año 2005, viene promoviendo políticas en educación financiera para mejorar los indicadores de inclusión financiera a nivel mundial. La revisión de medidas y políticas adoptadas por los diferentes países en educación financiera originó que en el año 2020 la OCDE actualice su definición de educación financiera como la “combinación de conciencia, conocimiento, competencias, actitudes y comportamientos necesarios para adoptar buenas decisiones financieras y, en último término, alcanzar el bienestar financiero individual” (OCDE, 2021).
Por su parte el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), a través de las encuestas de medición de las capacidades financieras, realiza investigaciones y proyectos en los países alineados a la OCDE y CAF apoyando a los grupos vulnerables de la sociedad.
En Bolivia, los indicadores de inclusión financiera se ven notablemente favorecidos en los últimos años. Ello obedece a los programas de educación financiera aplicados a través de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI), que cuenta con “Asfieduca”, programa dirigido al público en general mediante su página en Facebook. Como señala la Ley N°393 de Servicios Financieros, las Entidades de Intermediación Financiera bajo tuición de ASFI, deben brindar cursos de educación financiera.
Sin embargo, dicha educación es impartida primordialmente a los actuales usuarios y consumidores financieros. Por su parte, la Asociación de Banco Privados de Bolivia (ASOBAN), cuenta con el programa de educación financiera “Descubre lo simple de las finanzas”, de acceso al público en general, que en los últimos años tuvo notable acogida, aun así, llega a limitadas personas a nivel nacional; el bajo conocimiento en relación a su importancia, la desinformación en los pasos a seguir para realizar el mismo, entre otros, restringe su acceso.
La población de jóvenes que actualmente no son clientes del sistema financiero, son potenciales usuarios y consumidores de éste en el mediano y corto plazo; en su gran mayoría no cuentan con el conocimiento adecuado en educación financiera, ello se debe a que, en los actuales programas de educación de las instituciones educativas, no se contemplan temas de educación financiera.
Los jóvenes que en la actualidad saben y conocen de educación financiera de forma empírica y/o por comunicación de su entorno aún con limitaciones, tienen más ventajas en la toma de decisiones financieras crecidamente adecuadas a diferencia de quienes no conocen ni comprenden el manejo de las finanzas en la vida real; lo que los puede llevar a sobreendeudamientos y quiebras en sus finanzas personales, otros optan simplemente por alejarse y limitar su crecimiento mediante vías alternas por el temor a lo desconocido.
3. Resultados
Del análisis de los resultados se tiene la siguiente información:
Gráfico 1
Fuente: Elaboración propia en base a encuesta realizada a alumnos de 3er año de la carrera de Economía de la Universidad Pública de El Alto.
El 56%, que corresponde a 78 participantes está comprendido entre las edades de 21 a 25 años; seguido con un 29%, 40 estudiantes, tienen entre los 18 a 20 años de edad. El 9%, 12 estudiantes, declaran tener entre 26 a 30 años. Un 6%, corresponde a 8 estudiantes, tienen más de 30 años. En consecuencia, se evidencia que el 85% de la población estudiantil es joven, tiene entre 18 a 25 años, y está en etapa de formación profesional.
Gráfico 2
Fuente: Elaboración propia en base a encuesta realizada a alumnos de 3er año de la carrera de Economía de la Universidad Pública de El Alto.
En la pregunta se aplicó la opción múltiple para verificar si sus ingresos provenían de una o varias fuentes de financiamiento, obteniendo como resultado que el 46%, representando a 63 encuestados, declaró que sus ingresos provienen por cuenta propia, entonces trabajan y perciben un sueldo o salario para su sustento, son jóvenes que realizan manejo y administración financiera de su dinero aplicando las herramientas que conocen puede ser de forma empírica o por auto formación, requieren conocer el funcionamiento del dinero para robustecer sus decisiones financieras.
El 35%, que corresponde a 49 estudiantes, indican contar con ingresos provenientes de sus papás, mostrando una alta dependencia en ingresos y ello corrobora que están en proceso de formación, desconocen el funcionamiento del dinero y por ende tiene limitaciones para realizar pensamientos financieros con facilidad; el 5%, 7 estudiantes, afirman que sus ingresos provienen de sus papás y lo combinan por cuenta propia. El otro 5%, otros 7 estudiados, declararon que tienen otras fuentes de ingresos. En menor cuantía se verifica la combinación de ingresos de diferentes fuentes para continuar sus estudios, datos que no constituyen representación significativa desde el análisis que se realiza.
Gráfico 3
Fuente: Elaboración propia en base a encuesta realizada a alumnos de 3er año de la carrera de Economía de la Universidad Pública de El Alto.
En lo que respecta a la consulta ¿Cómo realizas la distribución de tus ingresos? El 41%, que representan 56 personas de las 138 consultadas, respondió que gasta según se presente la necesidad; evidenciando la limitada educación financiera con que cuentan, es parte de la población que según el gráfico precedente indican obtener sus ingresos por cuenta propia, aquí muestran que no tiene conciencia de la importancia de realizar sus presupuestos, generar ahorro programados para realizar inversiones a futuro e incluso poder prever sus finanzas para su vejez.
El 28%, 38 personas de la población estudiada, primero separa sus ahorros y lo que queda lo distribuye en sus gastos, porcentaje que muestra capacidades financieras, un buen indicador que muestra el capital humano que se está formando.
El 20%, que significan 28 encuestados, realiza el presupuesto de sus gastos, sin embargo, la encuesta no analiza si cumple con lo planificado o no. Un 10%, 14 personas, solicitan ingresos según tenga gastos, estudiantes con alta dependencia de ingresos y bajo nivel de administración financiera. Un 1%, 2 personas, no realiza ningún presupuesto, entonces desconocen utilidad de la educación financiera en sus decisiones cotidianas que tienen trascendencias a futuro.
Gráfico 4
Fuente: Elaboración propia en base a encuesta realizada a alumnos de 3er año de la carrera de Economía de la Universidad Pública de El Alto.
En la consulta referente a las herramientas que utilizan, se evidencia que 35 encuestados, que representan al 28%, no utiliza ninguna herramienta financiera digital, haciendo evidente que son potenciales usuarios y consumidores financieros y que pese a la disponibilidad del acceso tecnológico a las herramientas digitales por las diferentes Entidades de Intermediación Financiera, no acceden a ellas, retrasando así su educación financiera y postergando el conocimiento del manejo y funcionamiento del dinero.
Asimismo, 13 estudiantes que representan el 9%, utilizan Banca Móvil, herramienta que les ahorra tiempos y horarios, pudiendo aprovecharlos en otras tareas u ocupaciones; 11 de los encuestados (8%) utilizan Banca por internet, cabe aclarar que se asume conocen que la banca por internet hace referencia a transacciones financieras realizadas por internet pero que no son aplicaciones en los celulares; si pueden realizar transacciones, aún se trata solo de una herramienta financiera y no así de la combinación de la gama que se tiene a disposición. También, 11 encuestados, otro 8%, utilizan Banca por Internet, Banca Móvil y Tarjeta de débito, en este caso ya son 3 herramientas que utilizas estos últimos estudiantes. 10 encuestados que representan un 7% utilizan Kioscos Bancarios, nuevamente el manejo de una herramienta. Otros 9 estudiantes que representan el 6,5% declaran tener Tarjeta de Crédito, mostrando la necesidad de saber las implicancias que conllevar este instrumento, conocer la diferencia de los costos financieros de su uso en retiros en efectivo diferente al uso como medio de pago por consumos o compras, conocer las fechas que pueden utilizarse sin recargos, los costos por mantenimiento de la cuesta y las diferentes tasas que tienen. 8 encuestados un 6% utilizan Banca por Internet, Banca Móvil, Tarjeta de débito y Tarjeta de crédito, ello muestra que son una población ya con considerable experiencia en manejo de herramientas digitales. 6 encuestados que son un 4% utiliza Banca móvil y Tarjeta de débito siendo dos herramientas utilizadas, En menor cuantía 5 encuestados, el 4%, Banca por Internet y Banca Móvil. 4 encuestados, el 3%, solo utiliza Tarjeta de débito.
Otros 4 encuestados, un 3%, manejan Tarjeta de Débito y Tarjeta de Crédito. 4 de los encuestados, el 3%, Banca por Internet, Banca Móvil y Kioscos bancarios, 4 consultados, el 3%, indica Banca por Internet, Banca Móvil, Kioscos bancarios, Tarjeta de débito y Tarjeta de crédito, 3 encuestados, el 2%, utiliza Banca por Internet, Banca Móvil, Kioscos bancarios y Tarjeta de débito, si bien son 4 herramientas el número de usuarios es muy pobre, el restante 9% de respuestas muestran una dispersión muy extensa de 1% entre las diferentes opciones presentadas.
4. Conclusiones:
La investigación concluye:
Se deben considerar medidas de educación financiera específicas para que los estudiantes puedan culminar sus estudios con herramientas de desarrollo personal y profesional adecuados.
Bolivia cuenta con una población notablemente joven. En su entorno, es habitual el manejo de aplicaciones del mundo digital; casi una tercera parte de la población nacional se encuentra en proceso de formación profesional, en consecuencia, requieren: conocer los conceptos más utilizados en el Sistema Financiero, saber qué tipo de productos y/o servicios ofrecen las Entidades de Intermediación Financiera (EIF), realizar y manejar adecuadamente presupuestos financieros y hasta proyectos empresariales.
Debido a la pandemia de la Covid 19, el desarrollo tecnológico financiero tuvo mayor cobertura y asimilación; la variedad de herramientas digitales con la que cuentan las EIF se encuentran a un click de su acceso. Sin embargo, pese a la disponibilidad tecnológica, su uso sigue siendo limitado.
Si bien los jóvenes afirman contar con una adecuada educación financiera, en la práctica, se evidencia que no hacen seguimiento a su planificación presupuestaria, muchos jóvenes se limitan a utilizar una herramienta financiera, siendo que cuentan con muchas a su disposición. Además de conocer la parte teórica, es necesario que apliquen y practiquen sus conocimientos relacionados a educación financiera.
En consecuencia, se deben generar espacios educativos para impulsar el conocimiento financiero entre los jóvenes, esto es trascendental para el porvenir de la población, debido a que largo plazo se observarán los resultados de decisiones adecuadas en temas de ahorro u otras decisiones financieras presentes (Anexo 1).
Contar con una población financieramente educada, coadyuvará al sistema financiero en general al fortalecer la confianza entre usuarios, contribuirá al capital humano en la toma de decisiones financieras y mejorará de manera positiva los objetivos de crecimiento y desarrollo nacional.
Anexos:
Anexo 1
Referencia bibliográfica
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