ENFOQUES PARA LA MEDICIÓN DE POBREZA

En mi artículo de la edición anterior, exploramos cómo conceptualizamos la pobreza los economistas. Aterrizamos en que se puede definir a la pobreza como una privación marcada en el bienestar de un individuo; lo que, a su vez, implica que existe un estándar mínimo para definir si una persona está efectivamente privada (o no) en la dimensión que estamos estudiando. 

También mencionamos que la medida oficial de pobreza en Bolivia y en la mayoría de los países del mundo está definida por el nivel de ingresos que percibe una persona, puesto que, representa la capacidad de poder satisfacer las necesidades del individuo. No obstante, existen otros enfoques que están tomando fuerza, siendo la pobreza multidimensional uno de los más populares en la actualidad. Y es justamente en este artículo, que me gustaría profundizar y proveer un esquema para clasificar las distintas mediciones de pobreza que actualmente existen y diferenciarlas por el énfasis que cada metodología tiene. 

Para tal fin, es útil clasificar a dichas medidas de pobreza como directas e indirectas. Las medidas de pobreza directas son aquellas que hacen énfasis en las condiciones de vida de las personas. El calificativo “directo”, alude a que se pueden “observar” ciertas carencias o, como es propio del lenguaje técnico de este tipo de enfoques, privaciones que tienen las personas y/o hogares. 

En este sentido, se puede evaluar las condiciones de vida de una persona, por ejemplo, analizando si su vivienda cumple con estándares mínimos de calidad y comodidad. Expandiendo esta idea, podría considerarse si la vivienda tiene acceso a agua potable, en cuyo caso sus moradores no estarían privados de este bien indispensable para vivir. Muy probablemente también se deba evaluar si la vivienda tiene acceso a energía eléctrica o si los materiales de construcción de la vivienda son adecuados para las condiciones climáticas del entorno. En materia de las características de las personas, se puede evaluar si un niño en edad escolar efectivamente está asistiendo a un colegio o si un individuo accede a servicios de salud, expresados en consultas con personal médico calificado, por mencionar un ejemplo. 

Todas estas categorías mencionadas son de alguna manera observables y/o verificables, y ésa es una característica importante para la evaluación de las condiciones de vida de una persona. Los indicadores de pobreza más ampliamente difundidos que pertenecen a esta categoría son el de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) y el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM). Algunos autores también consideran que el Índice de Desarrollo Humano (IDH) pertenece a esta categoría, pero con la salvedad de que no es un indicador de pobreza como tal, sino, más un indicador de desarrollo, como su mismo nombre expresa.

En Bolivia se estima de manera oficial un NBI con cada censo poblacional. Se construye este indicador de pobreza a partir de la evaluación de las siguientes dimensiones: inadecuados materiales de construcción de la vivienda, insuficientes espacios en la residencia (estrechamente vinculado al hacinamiento), inadecuados servicios de agua, saneamiento e insumos energéticos, insuficiencia en educación e inadecuada atención en salud. Todas estas dimensiones se agregan y se pueden resumir en un indicador de pobreza que, para el año 2012 (correspondiente al último censo disponible), mostró que el 44,9% de la población tenía necesidades básicas insatisfechas.

El otro grupo de medidas de pobreza, denominado como “indirecto”, hace énfasis en el estándar de vida de una persona y no así de las condiciones de vida. Para mostrar de manera clara la diferencia, recordemos que, en un método de pobreza directo se evalúa si las necesidades básicas de un individuo han sido efectivamente cubiertas; mientras que, en un método indirecto, nos interesa saber si el individuo tiene la posibilidad de hacerlo. Esta diferencia es muy importante y resalta que, en los enfoques indirectos, importa más la posibilidad o capacidad de saciar una necesidad y no así la verificación o constancia de que haya sido efectivamente satisfecha. 

Como usted podría haber anticipado, se aproxima típicamente esta capacidad o posibilidad de satisfacer una necesidad con el ingreso que percibe una persona o, en algunos casos, con el nivel de gasto en el que se incurre; el cual, es simplemente una valoración monetaria del consumo. Este enfoque indirecto tiene como máximo exponente a la pobreza monetaria, bajo la cual se puede catalogar a una persona como pobre si no accede a los recursos monetarios suficientes para garantizar un estándar mínimo de vida y está valorada en lo que típicamente se conoce como una línea de pobreza. 

Para matizar las diferencias entre los enfoques de pobreza consideremos el caso de Julián. Él tiene 25 años, oriundo de un municipio en el oriente del país, y estuvo trabajando varias temporadas como albañil. Es muy bueno en lo que hace, así que es conocido por toda su comunidad y no le falta trabajo. Afortunadamente para Julián, sus ingresos son lo suficientemente altos como para comprar todos los alimentos que necesita, pagar las cuentas y darse algún capricho de vez en cuando. 

No obstante, la falta de lluvias ha afectado el suministro de agua disponible de su comunidad y ahora este servicio está racionado, por lo que Julián no tiene acceso a agua potable las 24 horas del día. El gas domiciliario tampoco ha llegado a su comunidad todavía, por lo que utiliza la leña de los árboles cercanos a su casa como combustible para poder cocinar. Le toma más tiempo encender el fuego, pero su comida le sale igual de deliciosa que si cocinase con gas.

Si consideramos un enfoque de pobreza indirecto, Julián tiene los ingresos suficientes para satisfacer sus necesidades y alcanzar cierto estándar de vida; por lo que no sería pobre en sentido monetario. Pero si se hiciera la verificación de las condiciones de su vivienda, podríamos concluir que tiene necesidades básicas insatisfechas y sería calificado como pobre según el NBI. ¿Cómo evalúa usted, estimado lector, la situación de Julián? ¿Es efectivamente pobre?