¿CUÁL ES EL VALOR MONETARIO DE UNA PERSONA?

Por: Mauricio Franco. M.

Es probable que en algún momento hayamos escuchado la frase: “la vida de una persona no tiene precio”. Efectivamente, en un ámbito emocional, familiar y/o de amistad, no hay cómo valuar la vida de un ser querido. Tanto la vida de un familiar íntimo, de un amigo cercano o nuestra propia vida son invaluables, pues con seguridad la ausencia de tal persona, como la nuestra, no podrá ser reemplazada por ningún valor monetario.

En definitiva, el valor de una persona no solo podría medirse en un aspecto exclusivamente monetario, ya que los valores y principios de una persona son determinantes respecto a cómo la sociedad los percibe, existiendo personas que influyen positivamente en su entorno y que contribuyen al bienestar social, teniendo buenas relaciones interpersonales, contribuciones no económicas a través de voluntariados, acciones cívicas, liderazgo, formación e incluso con el apoyo y cuidado de familiares y/o amigos, entre otras. Estas son formas importantes en las que las personas agregan valor a la sociedad, más allá de una contribución económica directa.

No obstante, en el sistema en el que vivimos, pregunto: ¿La vida de las personas tiene un valor económico o monetario? A lo que respondo, para el sistema actual “Sí” que lo tiene. Cada persona posee u obtiene un valor en los distintos ámbitos en los que nos relacionamos.

Por ejemplo, para “Impuestos”, el valor que tenemos es el valor de los tributos que pagamos, como ser el impuesto a la propiedad de bienes inmuebles, de vehículos, etc., o el pago de impuestos por nuestra actividad económica, a saber, impuesto al valor agregado, impuesto a las transacciones, y otros según la actividad y normativa de cada país. Por tanto, para “Impuestos”, nuestro valor estaría medido por el importe que una persona realiza a las arcas del Estado a través de los impuestos. Y así podríamos calcular el valor que representamos para el Estado tanto como aportantes de impuestos como por los gastos que generamos para salud, educación, infraestructura, etc.

Por otro lado, para nuestro empleador el valor que tenemos como colaboradores se podría decir que equivale a nuestro salario más los aportes, seguros y beneficios sociales que se deben erogar por cada funcionario, obteniendo un importe calculable que representa nuestro valor económico para la empresa dentro de un período determinado, por ejemplo, una gestión anual.

De igual forma, para el sistema financiero, el valor de cada persona se mide por el límite crediticio al que puede acceder, el cual se calcula a través de la capacidad de pago que tiene cada persona, que se computa basándose en factores como la edad, la ocupación y estabilidad laboral y financiera, los ingresos, patrimonio, activos, deudas y toda la información financiera que tiene cada persona, con la cual las entidades de intermediación financiera determinan el nivel crediticio al que uno puede acceder, por tanto, indirectamente o tal vez muy directamente dando un valor a cada individuo de la sociedad.

Ahora bien, para el mundo asegurador, retomando la pregunta inicial de ¿Cuál es el valor monetario de una persona?, podemos reformular la misma y preguntarnos ¿Cuál es el valor asegurado adecuado para una persona?, relacionado al seguro de vida.

Para poder responder esta pregunta, debemos recordar y revisar las características esenciales de un riesgo asegurable, que para el seguro de vida son: 1) Incierto y aleatorio, en cuanto al momento de su ocurrencia, es un hecho que todos vamos a fallecer, pero no sabemos cuándo. 2) Posible, ya que el evento tiene probabilidad de que suceda. 3) Concreto, lo que implica que debe poder ser descrito y valorado con exactitud, este punto lo vamos a desarrollar más ampliamente en el siguiente párrafo. 4) Lícito, referente a que no debe ir contra las leyes ni normativa vigente. 5) Fortuito, que debe provenir de un hecho ajeno a la voluntad humana, considerando que el suicidio sí tiene cobertura transcurrido al menos uno o dos años de vigencia continua, según determine la normativa de cada país. 6) Contenido económico, que ante el fallecimiento del asegurado debe producir una necesidad económica para los beneficiarios.

Sobre estas características, el punto que nos importa para determinar el valor asegurado es que debe ser “Concreto”, pues no podemos definir el mismo en base a criterios subjetivos. A manera de ejemplo, si un cliente llega y pide un seguro de vida por un millón de dólares, porque considera que eso vale su vida, la Compañía no va a emitir esa póliza sin pedirle información que respalde tal solicitud. Tal vez para un seguro de diez mil dólares sí se podría emitir sin mayor información, más que la identificación y llenado de un formulario sencillo. Pero para capitales asegurados elevados se pedirá al cliente que respalde el importe solicitado.

Bajo este razonamiento, para establecer el capital asegurado de una persona, cabeza de familia, partamos recordando que el seguro de vida tiene como propósito otorgar una indemnización a la familia o beneficiarios del asegurado, para que, ante la ausencia del mismo, estos puedan encarar con esta indemnización la falta de ingresos económicos por el fallecimiento del asegurado, y así poder mantener su estilo de vida.

Para determinar el valor asegurado de un seguro de vida, se debe considerar en primera instancia el presupuesto de las necesidades financieras y gastos actuales. Esto incluye los pagos y gastos por renta, servicios, seguros, impuestos, salud, estudios (propios y de la familia), cuotas de préstamos, pago de dependientes, etc. Este presupuesto debe anualizarse para obtener el costo anual de manutención de la familia.

Seguidamente, se deben calcular los gastos futuros que se desea garantizar, como ser la universidad de los hijos, el pago de préstamos de largo plazo, vacaciones planificadas (considerando el estilo de vida de la persona) y similares. De igual forma, se debe anualizar estos importes.

Es importante tomar en cuenta la inflación y el incremento de costos en el tiempo, por lo que corresponde ajustar los cálculos anteriores para mantener su poder adquisitivo a futuro.

Posteriormente, se evalúa el patrimonio de la persona y sus ingresos actuales para determinar el valor de sus posesiones, inversiones, sueldos, ganancias, ahorros y otros, para así establecer su capacidad de pago.

Con toda esa información “concretamente” determinada, podremos realizar una adecuada estimación del valor del seguro de vida, para garantizar la manutención y estilo de vida de la familia. Y así responder la pregunta inicial de ¿Cuál es el valor monetario de una persona?, para el rubro asegurador.

A manera de ejemplo, podríamos indicar que para una persona el valor asegurado para poder mantener una familia por un año es de USD 10,000 y para otra persona será de USD 500,000. En ambos casos, dependiendo su capacidad de pago, se podrá calcular el seguro ideal multiplicando tal importe por los años que se desea amparar a la familia, limitado al costo del seguro y la capacidad de pago de la persona.

En conclusión, para el sistema en el que vivimos y para el Estado, así como para los distintos sectores de la economía, en particular el sector asegurador, se puede calcular el valor monetario que cada individuo tiene y, por tanto, su valor asegurado, en función de su nivel y estilo de vida, condicionado a sus ingresos y gastos corrientes.

 

L. Mauricio Franco. M.

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