Socialismo o Barbarie
“No queremos, ciertamente que el socialismo sea en América calco y copia. Debe ser creación heroica. Tenemos quedar vida, con nuestra propia realidad, en nuestro propio lenguaje, al socialismo indo-americano”
José Carlos Mariátegui, “Aniversario y Balance”, 1928
La discusión acerca del socialismo como un sistema pertinente para América Latina no es reciente. Aún cuando en la actualidad se intenta clasificar al “socialismo del siglo XXI”como una alternativa fracasada, es importante retomar la discusión desde una perspectiva histórica del pensamiento latinoamericano. Así se recuperaría tanto las discusiones de diferentes pensadores latinoamericanos como los datos que nos visibilicen la realidad a la que correspondía cada uno de estos planteamientos. De esta manera, se entenderá el trasfondo del debate actual, sus limitaciones, retos y perspectivas. Es necesario entender la amplitud de este contenido. Por eso es que dividiré este aporte en tres artículos que, conforman en última instancia un unidad. Pero tan solo, nos adentren aldebate con mayor información. Este primero abordará, de manera resumida, la perspectiva histórica sobre la discusión acerca del “socialismo para América Latina”.
Mientras es más común, quizás, la concepción del socialismo como una etapa intermedia entre el modo de producción capitalista y la comunista; por otro lado, se plantea la existencia de otro pensamiento que ha sabido, o intentado al menos, superar las limitaciones de aquellas concepciones que pretendieron ser “calco y copia” de la esquematización europea. Ya la necesidad, a partir del descontento, de un ordenamiento económico y político se observa en las primeras décadas del siglo XX en México junto a Emiliano Zapata y Cuba con José Martí. En ambos casos como hechos anteriores a la Revolución Rusa de 1917.
Quizás sea la Revolución Rusa la que marcó la discusión política y académica del siglo XX, como resalta Hobsbawn, entre el “socialismo real” soviético y el “inevitable capitalismo”. Sin embargo, esta discusión tendrá que asumir necesariamente el carácter de cada territorio para responder a sus necesidades concretas. Es así que José Carlos Mariátegui discutirá con algunos planteamientos soviéticos resaltando que la tarea del socialismo en el Perú (será) el de realizar ciertas tareas teóricamente capitalistas. Quien ya plantearía la posibilidad de una sociedad alternativa no capitalista sobre la base de las comunidades peruanas en torno a la cuestión agraria.
Si bien se ha entendido como el mejor intento posterior sobre la caracterización latinoamericana a los planteamientos del estructuralismo de la CEPAL; quienes entienden la relación entre Latinoamérica y el resto del mundo dentro de un esquema centro –periferia; muy pocos retoman la discusión que surge a partir del planteamiento de Ruy Mauro Marini y la teoría marxista de la dependencia, la cual entró en discusiones con el estructuralismo de la CEPAL. Discusión vigente hasta hoy en día a través de los planteamientos que realiza Jaime Osorio, entre otros.
Entre las décadas de la segunda mitad del siglo XX, surgirían con mucha polémica y quizás hasta siendo sus planteamientos ya superados, personas como André Gunder Frank con Capitalismo y subdesarrollo en América Latina; Sergio Bagú con Economía de la sociedad colonial. Ensayo de historia comparada de América Latina; Ruy Mauro Marini con Dialéctica de la dependencia y Subdesarrollo y revolución con fuertes discusiones con Fernando Cardoso en textos como “Las desventuras de la dialéctica de la dependencia” de Cardoso y “Las razones del neodesarrollismo” de Marini; Agustín Cuevas con “El desarrollo del capitalismo en América Latina”; Vania Bambirra “el capitalismo dependiente latinoamericano”; entre muchos otros autores.
Todas estas discusiones presentan un eje transversal, la necesidad de entender el funcionamiento económico social latinoamericano que, asumiendo al subdesarrollo como la causalidad de un sistema capitalista ya vigente, permitan pensar alteridades socio económicas no capitalistas. Discusiones a las que se invita a revisar para continuar profundizando o, en última instancia, realizar la crítica entendiendo sus limitaciones.