La Identidad Digital
Se ha dado un gran salto respecto al uso de recursos virtuales para responder a las necesidades que ha creado la pandemia del Covid-19. En el 2020 los usuarios de internet han crecido un 7.3% respecto al 2019 y se estima que los usuarios de internet crezcan en un 13% para finales del 2021, ya que se ha optado por la educación virtual y el teletrabajo, lo que ha fomentado que los usuarios tengan su identidad digital.
Dentro de toda la transformación que involucra la 4ta revolución industrial, la incorporación de nuevas tecnologías a nuestras vidas hacen que cada usuario deje su huella en internet e involucra el rol de los gobiernos, ya que son cada vez más los gobiernos que toman en cuenta la información generada por las personas a través de internet para la toma de decisiones basadas en evidencia. La identidad digital da la oportunidad de crear valor, información y datos, pero también empieza a generar desconfianza y susceptibilidad para cierta parte de la población.
Según el McKinsey Global Institute, desde el punto de vista económico, el incentivar la creación de identidades digitales para la población mundial, lograría para el año 2030 un incremento del 13% en el PIB mundial, un ahorro de 1.6 billones de dólares y un ahorro aproximado de 110 mil millones de horas empleadas en actividades que se llevarían a cabo de forma virtual derivadas directamente de la digitalización de procesos existentes que antes se ofrecían sólo en forma presencial (por ejemplo, la verificación de identidad en distintas plataformas y actividades económicas como resultado del uso de la identidad digital, como la cosecha de bitcoins)
Durante estos dos años se ha incrementado, en el sector financiero, el volumen de transacciones que requieren verificación de identidad derivado del incremento del uso de los canales digitales y de la conectividad entre entidades financieras; así también como los requisitos de transparencia por parte de los entes reguladores, y lastimosamente, también se ha ido incrementado el riesgo de fraudes piramidales disfrazados de Marketing de niveles.
La gestión de los sistemas de identidad involucran una serie de procesos y nuevas tecnologías que mejoran el uso de los datos identificatorios de cada persona, lo que da paso a mejoras e implementación del Blockchain, que, si bien el término está más relacionado con el mercado de Criptomonedas, el Blockchain es más bien una cadena de información en bloques.
Cada uno de los bloques contienen registros únicos y consensuados, información referente al mismo bloque, su vinculación con el bloque anterior y siguiente a través del hash, que le da un código único que sería como la huella digital del bloque, todo esto distribuido en varios nodos de una red. Hay un lugar específico e inamovible para cada bloque dentro de la cadena y se almacena una copia exacta de la cadena en todos los participantes de la red.
Estas redes de información son utilizadas en modelos de gobernanza y obviamente en modelos de negocios; contando cada uno con un marco legal apropiado y actualizado dependiendo de la región. Dentro de esta nueva era de economía digital, las interacciones y transacciones que hasta hace tiempo se realizaban en forma presencial están empezando a ejecutarse a través de sistemas de información interconectados. Por lo que surge la necesidad de tener en cuenta la identidad digital de cada persona, lo que permite que una persona se identifique y sea autenticada son los elementos de hardware o software, ya que a través de estos se obtienen los permisos para acceder a determinados recursos de información.
Por el momento se tienen dos categorías para la Identidad digital, la primera es la Identidad digital legal; que requiere estar vinculada a la identidad legal de una persona física o jurídica, esta facilita las transacciones con el gobierno o con instituciones financieras reguladas, como fue el caso de la entrega de los Bonos Contra el Hambre, bonos entregados por el gobierno que resultaban más fáciles de recibir a través de una aplicación en el teléfono. La segunda categoría es la Identidad digital simple; que no requiere estar vinculada a una identidad legal física y es utilizada para conectarse a redes sociales, en esta categoría la identificación depende de cada usuario. La identidad digital suele tener validez en un determinado dominio: puede ser válida únicamente para interactuar con una institución o en una red social determinada o puede, en cambio, tener un reconocimiento más general
La economía digital hace necesaria la identificación de las personas a distancia y sobre todo identificar la plataforma y la responsabilidad que tiene cada plataforma sobre las transacciones realizadas, en algunos casos surgen estafas cuando la transacción se realizan entre privados por medio de recargas de Tarjetas, Tigo Money, transferencias a celulares, etc. Las plataformas no tienen responsabilidad sobre las decisiones de los usuarios y a quienes transfieren dinero, pero resulta menos probable que se realicen estafas a través de plataformas autorizadas para transacciones relacionadas con el Sistema Público
La gestión de la identidad conlleva, por un lado, desafíos en cuanto a privacidad, protección de datos y nuevos riesgos de fraude y, por el otro, la necesidad de revisar y ajustar esquemas de gobernanza. Es por eso que el grado de complejidad del proceso de verificación de la identidad de las personas depende del objetivo que se quiere lograr. En particular, la complejidad de este proceso depende del riesgo asociado a un posible error en la verificación, como una usurpación o duplicación de identidad, pero ofrece muchas más ventajas.