Algunos apuntes sobre la Agenda Patriótica

Para entender mejor la relación entre lo institucional y la economía, se debe partir por comprender el patrón de acumulación y el modelo productivo que se conserva desde el nacimiento de Bolivia al presente. Hay cambios importantes desde 1825 hasta hoy respecto a la relación entre mercado y Estado, pero la forma de acumulación y distribución de la riqueza de los bolivianos parece no tener modificaciones. Esta invariabilidad se la puede denominar como una economía de ¨base estrecha¨, término utilizado por George Gray Molina, ya que la producción del país es el reflejo de la explotación de los recursos naturales no renovables que se viene explotando,  como la plata y el gas natural.

¿Cuánto empleo genera de manera directa esa producción de riqueza? Los recursos no renovables producen alrededor del 70% de la riqueza que disponemos y genera el 10 % de empleo.  Hay un sector intermedio de empresas medianas y pequeñas que producen un 20% de la riqueza y emplea a un 20% de la población. No olvidemos la economía informal, que es la más grande fuente de empleo en Bolivia y produce apenas el 10% de la riqueza procurando empleo al 70% del país. 

Este escenario denota que la economía requiere cambios sustanciales y modificar el patrón fue la prioridad encomendada al actual gobierno hace 12 años atrás, logrando tan solo  una apropiación importante de recursos del Estado y en consecuencia una mejor distribución. Pero ¿Cuál es el resultado del régimen, de ese cambio de riqueza? Según los datos del gobierno aproximadamente 1 millón de bolivianos abandonó su estado de pobreza y mejoró los índices sociales; sin embargo ¿cuántas de esas personas que salieron de la pobreza, podrán mantenerse fuera de ella con las políticas económicas que está desarrollando el gobierno y cuán sustentables son?

La Agenda Patriótica del Gobierno, se resume en  extractivismo y desarrollismo, ambas son estructuras nocivas para nuestra economía y es indispensable dejarlas de lado. De hecho uno de los pilares planteados en dicha Agenda, es convertir a Bolivia en un núcleo energético del continente; lamentablemente un objetivo lejano ya  que no tenemos los recursos para ejercer ese papel. Según los indicadores de gestión contaremos con 10 trillones de pies cúbicos de gas natural como fuente de energía. Sin embargo países como la Argentina cuya reserva es de 800 trillones de pies cúbicos  o Brasil que está desarrollando políticas alternativas de energía eólica, nos alejan del sueño de  convertirnos en un centro energético.

En este sentido, para construir un nuevo modelo económico, se deberá inventariar los recursos, generar más bienes y distribuirlos. Sin duda es indispensable crear políticas sociales agresivas y generar la confianza necesaria para estimular la inversión extranjera. Debemos buscar una total apertura al desarrollo de una economía basada en una relación funcional y de concordancia en el que gobierno y sociedad contribuyamos con nuestros mejores esfuerzos.