La positiva cuenta comercial de Bolivia podría continuar positiva
Los países de América del Sur se caracterizan por vender materias primas al mundo. En general, estos países han experimentado, unos más otros menos, resultados positivos en la cuenta corriente de la balanza de pagos en la última década. Esta cuenta registra cuánto un país exporta (vende) al mundo y cuánto importa (compra) de él. Colombia es una excepción en esta racha de suerte que ha brotado de los mercados internacionales al ser un país que no tiene un saldo positivo ya por varios años al igual que Uruguay que desde 2006 tampoco la tiene.
Sin embargo otros países vecinos han salido de la lista en posteriores años al 2006 y cada año son menos los que disfrutan de un balance positivo entre lo que venden y compran al y del mundo. Sólo dos países quedan invictos en esta singular carrera de quien exporta más de lo que importa: Venezuela y Bolivia. Ambos países siguen, además, con perspectivas favorables en los pronósticos realizados para los dos próximos años de acuerdo a los datos que maneja el FMI.
El precio que domina la cotización del gas que Bolivia exporta a Brasil y Argentina es el conocido como WTI (West Texas Intermediate) que se establece en un centro distribuidor de petróleo y sus derivados que, como su nombre indica, queda en el oeste de Texas. Lo relevante y providencial para Bolivia es que los pronósticos de precios futuros para este petróleo en 2013 subirán 5,09%, de aquí a un año se espera un encarecimiento de 24,25% y en tres años podrían subir un 24,58%.
Es cierto, los minerales muestran una tendencia al descenso en sus cotizaciones pero no con características abruptas de caídas que generen un shock externo a la economía boliviana. Más aún, si la economía estadounidense logra una mayor recuperación de la que hasta ahora solo muestra un atisbo, los precios de los minerales podrían dejar de caer. Asimismo, la economía del Japón muestra signos favorables que la sacan del estancamiento en que estuvo por más de diez años. Finalmente, podría ser que los países de la Unión Europea hagan algo bien en sus políticas de expansión y reingresen al sendero de la recuperación. Si este panorama, por cierto optimista, se torna en un aumento sólido de las materias primas que el crecimiento de esas economías necesita, Bolivia podría continuar con una balanza comercial positiva. Añádase a esta fórmula del bienestar boliviano una pequeña disminución de la tasa de crecimiento de la economía china que, no obstante, se mantiene en un nivel relativamente alto (por sobre el 7%).
No se puede concluir otra cosa, por supuesto acompañado con una dosis de optimismo, que la buena estrella que acompaña a Bolivia en las cotizaciones de los mercados internacionales permanece esplendorosa. Lo que corresponde ahora es definir derroteros claros para un impulso productivo en las áreas que Bolivia puede ser competitiva que le den a esta economía el gran impulso hacia su desarrollo.