REVELACIONES ECONÓMICAS

Los economistas son una especie en florecimiento, especialmente los de la variedad de profetas. A lo largo de la historia han existido profetas, buenos y malos, bienintencionados y malintencionados, con ganas de crear y con las de destruir. Unos más mentirosos que otros o unos más creyentes en sus propias prédicas. Hoy en día los economistas existen en todas estas layas, particularmente aquellos que lanzan revelaciones con el estilo de Juan el apóstol que escribió el Apocalipsis. Juan vaticinó mucho males y esperanzas; entre ellos que terremotos, hambrunas, epidemias y guerras se harían más frecuentes porque “el fin de los tiempos se aproxima”.

No creo que Juan hubiera deseado que ocurra lo que predijo porque era demasiado desastre conjunto. Aunque, viendo la historia del mundo lo más fácil es predecir desastres porque son parte de la naturaleza caótica del universo y hay “señales” que revelan lo que vendrá. Es como predecir que en este invierno las muertes por neumonía incrementarán más que el año pasado, conociendo que el año pasado bajaron porque los niños no estuvieron expuestos a su presencia en la escuela. También están los profetas, especialmente la muy actual variedad de economistas, que profundamente desean que sus profecías de mal agüero se cumplan cuando antes. Es casi como plegarias que por repetirlas ocurrirán.