PAGUE BIEN, PARA QUE NO LO REPORTEN NEGATIVAMENTE EN LA CENTRAL DE INFORMACIÓN CREDITICIA Y EN LOS BURÓS DE INFORMACIÓN

Es de conocimiento general que las Entidades de Intermediación Financiera (EIF) reguladas por la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI), recurren a diferentes políticas y “tecnologías crediticias” para la colocación de sus operaciones de crédito.

Dichas políticas y tecnologías, están relacionadas a la selección de su mercado objetivo, a los atributos que definen a un consumidor financiero para que pueda ser considerado como sujeto de crédito en cada EIF, así como a una adecuada evaluación y medición de la capacidad de pago (principio fundamental) de sus clientes o clientes potenciales.

El análisis y gestión de riesgos considera, también, la evaluación de la solvencia patrimonial del prestatario, el destino del crédito solicitado, garantías, el conocimiento del giro de negocio o actividad económica del deudor y su “comportamiento de pago”, especialmente dentro del Sistema Financiero, entre otros aspectos.

Todos ellos, enmarcados a lo dispuesto por la Ley N°393 de Servicios Financieros y la Recopilación de Normas para Servicios Financieros (RNSF).

Comportamiento de pago e información del historial crediticio del deudor.

Para minimizar (aún más) la existencia de posibles riesgos de incobrabilidad, las EIF recurren a herramientas de información que les permiten a éstas evaluar y analizar los antecedentes crediticios (directos e indirectos) de sus clientes. Utilizan información interna y externa, o una combinación de ambas, adecuadas a la naturaleza de su negocio y al logro de sus objetivos.

Una de ellas, de uso obligatorio para las EIF, con las correspondientes firmas de autorización expresa por parte de los consumidores financieros, es el contenido en la Central de Información Crediticia (CIC). La cual, es administrada por ASFI conforme a lo establecido por el Artículo 478 de la Ley N° 393 de Servicios Financieros.

Al respecto, la CIC, contiene el registro del comportamiento histórico de los pagos de los prestatarios y de sus niveles de endeudamiento dentro del Sistema Financiero.

Por otra parte, y en forma complementaria a la información contenida en la CIC, las EIF acuden a Burós de Información (BI); los cuales, son administrados por empresas de Servicios Complementarios autorizadas por ASFI.

Dichas empresas, utilizan información recolectada, almacenada, consolidada y procesada relacionada con personas naturales y jurídicas deudoras del Sistema Financiero.

Tanto en la CIC como en los BI, se registran: a) El historial crediticio del deudor, es decir, si el cliente o cliente potencial cuenta con créditos (directos o indirectos) en el Sistema Financiero (sean éstos de tipo: Empresarial, PYME, Microcrédito, Vivienda o Consumo); b) El “estado” de las operaciones (vigentes, vencidas, en ejecución o castigo); c) La “calificación” de los deudores (de la “A” a la “F”); y, d)  Otra información importante, de acuerdo a los criterios de “Evaluación y Calificación de Cartera” que realizan las EIF, enmarcadas a lo dispuesto por la RNSF.

¿Por qué ser buen pagador?

Ser buen pagador tiene beneficios. Fortalece la relación y confianza con las EIF reguladas dentro del Sistema Financiero y facilita la posibilidad de acceso a otros productos y servicios (líneas de crédito, tarjetas de crédito, boletas de garantía, entre otros).

Asimismo, permite al prestatario contar con un adecuado historial de créditos en la Central de Información Crediticia y en los Burós de Información, así como una buena “calificación” dentro del Sistema Financiero; pudiendo beneficiarse, en consecuencia, de nuevos financiamientos o refinanciamientos con mejores condiciones en cualquier EIF regulada.

Finalmente, permite al consumidor financiero gestionar adecuadamente sus finanzas personales, mejorar sus niveles de educación financiera, conocimientos, actitudes y habilidades de gestión de ingresos, gastos y, también, de ahorro e inversión.