Bolivia: Entre el Extractivismo y el Desarrollo Sostenible

Reconocer que los recursos naturales son finitos y que el modelo de crecimiento y desarrollo adoptado en los últimos siglos no es viable, es el primer paso para la generación de nuevas políticas en favor de la humanidad y de las futuras generaciones.

UN NUEVO CONSENSO INTERNACIONAL

En la actualidad hay un nuevo consenso internacional que parte de reconocer la necesidad de un moderno paradigma de desarrollo centrado en la sostenibilidad ambiental, la erradicación de la pobreza y el combate a la desigualdad.

La agenda 2030 para el desarrollo sostenible y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), aprobados en 2015 por las Naciones Unidas, expresan avances conceptuales y políticos sobre la inviabilidad del actual patrón de producción y de consumo. Es decir, la comunidad internacional reconoce en base a hechos comprobados, que el modelo de desarrollo adoptado durante los dos últimos siglos se constituye en un peligro para la humanidad y se traduce en profundos desequilibrios ambientales, sociales y económicos.

Las consecuencias de la crisis multidimensional del modelo de desarrollo fundado en la explotación infinita de recursos, elevadas emisiones, exceso de consumismo y ausencia de justicia redistributiva se ven reflejadas en las dos siguientes dimensiones:

CRISIS ECOLÓGICA

  • La destrucción de los ecosistemas y la consecuente pérdida de biodiversidad
  • La excesiva fijación de nitrógeno en la biósfera
  • La emisión de gases de efecto invernadero que traspasa un umbral crítico
  • El consumo de materias primas minerales y fósiles y sus consecuencias en la utilización excesiva
  • La contaminación del suelo, del agua y del aire
  • La acidificación del océano
  • La destrucción de la capa de ozono
  • El calentamiento global, entre otros.

CRISIS SOCIAL

  • Incremento de las desigualdades entre regiones y al interior de los países.
  • 843 millones de personas padecían de hambre en 2013 según el PMA.
  • 780 millones de personas carecen de agua potable.
  • Más de 1.300 millones de personas no tiene acceso a energía eléctrica.
  • 2.700 millones de personas utilizan  carbón vegetal  (biomasa tradicional).
  • El incremento de la renta beneficia a un grupo reducido: el 2% más rico de la población mundial posee más del 51% de la riqueza y el 50% más pobre de la población el 1%.

NUEVO PARADIGMA DE DESARROLLO SOSTENIBLE E INCLUSIVO

Actualmente el consenso internacional, plantea la necesidad de un moderno paradigma de desarrollo cuyo desafío mundial es buscar caminos alternativos a la crisis económica, ecológica y social del sistema dominante, y generar nuevos compromisos socio-ecológicos para la orientación de los procesos de transformación de la economía y de los modelos de desarrollo dentro de un marco democrático con espacio a debates político programáticos.

NOMBRANDO EL PROBLEMA DESDE AMÉRICA LATINA Y BOLIVIA

Cada país enfrenta desafíos específicos que dependen de su estructura económica, de su grado de desarrollo tecnológico, científico y de su nivel de pobreza y de desigualdad y es por ello que los problemas de América Latina son perceptiblemente distintos a los que se enfrenta Europa o Norteamérica.

En América Latina el común denominador, es la estrategia de desarrollo de larga duración centrada en un patrón “extractivista” apuntalado por gobiernos de diferentes vertientes políticas pero con resultados económicos, laborales, sociales, políticos y ecológicos insostenibles a medio y largo plazo.

Por lo tanto, la forma de inserción de estos países y de Bolivia a la economía mundial es como proveedores de materias primas con bajo procesamiento como por ejemplo: minerales, hidrocarburos o monocultivos de exportación.

CONTEXTO GLOBAL Y POSICIONAMIENTO DE LOS PAÍSES RICOS EN RECURSOS NATURALES

Lamentablemente el incremento global de la demanda de recursos naturales renovables y no renovables se intensificó en la última década, como es el caso de industrialización de China, los Tigres Asiáticos y los países desarrollados.

En este contexto, los países abundantes en recursos naturales, se posicionaron en el centro de la disputa por el acceso y control de las materias primas estratégicas. El proceso expansivo, tanto de volúmenes como de precios, de bienes primarios o commodities por parte de los países industrializados ha ejercido poderosas presiones al interior de los países ricos en recursos naturales a fin de profundizar el modelo económico extractivo y así aprovechar las oportunidades del contexto internacional. Es decir, existe un problema específico de desarrollo caracterizado por el extractivismo y al mismo tiempo un contexto internacional que presiona y genera muchas utilidades.

LA REPRIMARIZACIÓN DE LA ECONOMÍA

En virtud de su dotación natural, Bolivia expandió las exportaciones de bienes primarios principalmente de recursos energéticos, minerales y de la agroindustria. En esta perspectiva, la reprimarización de la economía en el período de bonanza, hizo posible las altas tasas de crecimiento y las mejoras en los indicadores sociales; sin embargo esto se debió a aspectos coyunturales ya que en el largo plazo, cuando la bonanza finalizó, se tornó insostenible dando inicio a un período de escasez.

Este patrón de crecimiento (basado en las exportaciones de materias primas) significó a la vez la disminución de la participación de productos con valor agregado en las exportaciones, la aceleración de desequilibrios ambientales, sociales y  políticos, y la destrucción del patrimonio ambiental.

LA DISYUNTIVA DE LOS PAÍSES CON RECURSOS NATURALES ABUNDANTES

La región andina en general y Bolivia especificamente, por su dotación de recursos naturales enfrentan una clara disyuntiva: Por un lado, profundizar su posición tradicional de proveedores netos de materia prima para las economías desarrolladas, que a propósito, es el camino del actual gobierno; y por el otro, procurar senderos alternativos de desarrollo que permitan valorizar los recursos naturales que abundantemente poseen, aprovechándolos de forma estratégica a fin de promover transformaciones estructurales, disminuyendo su vulnerabilidad a coyunturas globales y superando los ciclos de prosperidades súbitas pero no perdurables en el largo plazo.

LOS RESULTADOS NEGATIVOS DEL PATRÓN EXTRACTIVISTA

RESULTADOS ECONÓMICOS: Alta dependencia de los volátiles precios internacionales de materias primas, estancamiento de la diversificación productiva con pérdida de soberanía productiva y bajo crecimiento a largo plazo.

RESULTADOS LABORALES: Estructura ocupacional segmentada y trabajos de baja calidad y crecientemente vinculados a sectores altamente dependientes de los ciclos de bonanza y depresión.

RESULTADOS SOCIALES: Políticas sociales volátiles y no sostenibles, vulneración de los derechos colectivos de los pueblos indígenas, incremento de los conflictos sociales alrededor de los recursos naturales.

RESULTADOS POLÍTICOS: Cultura rentista y corporativa que se profundiza en períodos de bonanza y una gobernanza que debilita la institucionalidad democrática y los espacios de deliberación.

RESULTADOS ECOLÓGICOS: Impactos negativos e insostenibles en el tiempo con pérdidas considerables del patrimonio ambiental.

LOS DESAFÍOS

Diversos son los desafíos que enfrentan los países emergentes, y Bolivia en particular, respecto a la gestión del medio ambiente y de los recursos naturales.  Es por ello que será indispensable promover la diversificación de sus matrices productivas, impulsar el bienestar social de su población y garantizar la sostenibilidad ambiental en sus territorios.

Los retos políticos, institucionales y económicos se distancian significativamente de los experimentados por los países desarrollados, cuya industrialización a lo largo del siglo XIX y XX provocaron degradación ambiental y desequilibrios sociales, económicos y políticos.

NUEVAS OPORTUNIDADES EN EL SIGLO XXI PARA EL DESARROLLO CON EQUIDAD Y SOSTENIBILIDAD AMBIENTAL

Según la definición de la Bruntland Comission[1], el desarrollo sostenible significa satisfacer las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las generaciones futuras.

Las nuevas oportunidades están en la revolución tecnológica y digital, las ventajas de energías limpias, las oportunidades del biocomercio, el aprovechamiento de la biodiversidad (Costa Rica está cambiando su matriz económica a partir del conocimiento de su biodiversidad), las nuevas fronteras de los servicios ambientales, las innovaciones de gestión ambiental y territorial, (ya hay conocimiento de cómo hacerlo y son viables económicamente), los avances de la producción sustentable de alimentos para garantizar la seguridad y la soberanía alimentaria, (es decir, producción ecológica que no usa sustancias tóxicas), la emergencia de nuevos parámetros de contabilidad ambiental y social del crecimiento, que cambia totalmente lo que entendemos por crecimiento y lo que entendemos por desarrollo.

Las iniciativas de desvincular el crecimiento económico del uso intensivo de recursos y sus impactos ambientales, ya están ocurriendo en los países más desarrollados. En estados como California por ejemplo, los medios de transporte que utilizan energías fósiles son prohibidos y este es el resultado de una revolución conceptual y política que se ha generado debido a la gravedad de la crisis ambiental y social.

DEMOCRACIA Y NUEVAS POLÍTICAS SON LA BASE PARA ENFRENTAR LOS DESAFÍOS

El reconocimiento de los impactos del patrón extractivista coadyuvará en el debate sobre las alternativas económicas, sus costos y beneficios. Es importante la reflexión colectiva en espacios plurales para la definición de una propuesta política que busque la transición de modelos extractivos  a modelos socialmente justos y ecológicamente sustentables en el corto, mediano y largo plazo.

Es necesario formular nuevas políticas sectoriales, sostenibles en el tiempo y con inclusión social  dirigidas a las industrias extractivas. Dichas políticas deben reflejar una amplia legitimidad social sobre la asignación de prioridades del gasto público y del diseño de incentivos para la inversión privada, a fin de fortalecer los sectores productivos, las dinámicas económicas y  la sostenibilidad ambiental.

La construcción de un nuevo modelo de desarrollo postextractivista sólo es posible en un marco democrático y de construcción de institucionalidad pública transparente, con control social y efectivamente participativa.

[1] In honor a su directora Gro Harlem Brundtland que presidió esta comisión de la ONU encargada de velar por el desarrollo sustentable mundial.