UN VISTAZO AL GASTO PÚBLICO, LA PRODUCTIVIDAD Y LAS RECOMENDACIONES DEL FMI
En Bolivia el gasto público se ha caracterizado por su notable incremento, debido al boom de las materias primas. A partir del año 2006 el país ha tenido ingresos significativos, hasta el año 2013 hubo superávit fiscal, desde el año 2014 se han registrado déficits más altos.
El gasto público es muy importante, ya que éste busca generar dinámica dentro de la economía, el problema surge cuando se gasta más de lo que se gana. Bolivia, además de tener un gasto corriente alto, mantiene subvenciones, sostiene un tipo de cambio fijo y genera deuda.
El FMI recomienda realizar un ajuste fiscal, ya que el financiar el desequilibrio fiscal boliviano con crédito externo ha acelerado el crecimiento de la deuda interna, principalmente a través del crédito neto del BCB y los títulos emitidos por el TGN.[1] Además de representar un problema para satisfacer las necesidades de divisas del país, se debe tratar de monetizar los recursos para mantener el régimen cambiario, al ser uno de los principales actores el sector público y su déficit fiscal, las asignaciones a empresas públicas toman prioridad para el gobierno cuando éstas necesitan bienes de capital o productos importados, por lo que se produce un efecto crowding out del sector privado para satisfacer a las empresas públicas.
Al igual que el FMI, el Banco Mundial recomienda limitar al gasto gubernamental a los ingresos públicos, pues, se concibe que el déficit público es la fuente principal de la inestabilidad financiera.[2] No obstante, el gasto público puede asignarse de una manera más eficiente, por ejemplo: Perú, a través de su regla fiscal de restricción permanente, busca mejorar sus asignaciones con la ¨Ley de Prudencia¨; en otras palabras, trata de no gastar más de lo que tiene. En el siguiente gráfico se observan los niveles de déficit y superávit de Bolivia comparados con los de Perú.
Las recomendaciones realizadas por el FMI han dado mucho de qué hablar, el gobierno boliviano considera que son fórmulas viejas y anticuadas de los años 70. Desde cierto punto de vista las recomendaciones son generales para todos los países debido a la situación de la pandemia, el desafío es cómo seguir algunas recomendaciones sin tener graves consecuencias y como asumir otras cuando están tan enredadas con otros aspectos.
Otra de las recomendaciones fue reducir el contrabando y la informalidad, ambas están relacionadas con la productividad. Bolivia ha tenido una tasa de migración campo-ciudad alta, lo que trae consigo un proceso urbanización intensivo, las oportunidades de trabajo para personas que son de área rural son limitadas, por lo que deben participar del sector informal[3] como mecanismo de subsistencia ante la ausencia de empleo, incluso como un primer paso para el emprendimiento de un negocio propio.
Los niveles elevados de informalidad socavan la capacidad del Estado de proveer bienes y servicios públicos, debido a que reducen directamente la recaudación. [4] En un mercado informal las condiciones de trabajo no están reguladas del todo, las empresas informales son menos productivas, por el hecho de serlo y están condenadas a ser informales al no poder afrontar los costos adicionales que implica la formalidad.
Una economía informal y empobrecida (que no cuenta con mano de obra calificada para ciertos sectores y que aplica muchos impuestos) no atrae inversión privada y/o extranjera, la inversión extranjera aumenta disponibilidad de tecnología adecuada para el proceso de producción, importada de países con un mayor grado de desarrollo y adaptadas a las condiciones locales. Lo que sería ventajoso para lograr una mayor diversificación de productos, ya que Bolivia al ser un país extractivista condiciona sus ingresos a los niveles de precios del mercado.
Canasta exportadora de Bolivia 2020 –
Fuente : Atlas of Economy Complexity
Lo que es cierto es que muchas de las recomendaciones realizadas por el FMI son medidas impopulares entre los gobiernos, porque en un entorno de economía informal e información imperfecta, es difícil saber a quién realmente le hace falta una subvención, un bono o quienes tienen la capacidad de pagar más impuestos
Referencias:
El Instituto Nacional de Estadística, (. (s.f.). TASA DE DESOCUPACIÓN EN ÁREA URBANA DE BOLIVIA TIENDE A BAJAR. Obtenido de https://www.ine.gob.bo/index.php/tasa-de-desocupacion-en-area-urbana-de-bolivia-tiende-a-bajar/
Fundación Milenio. (2022). Informe de Milenio sobre la Economía de Bolivia 2022, No. 44. Obtenido de file:///C:/Users/ASUS/Downloads/Informe-de-Milenio-sobre-la-Economia-de-Bolivia-2022-No.-44.pdf
Hernández Mota, J. (2007). Déficit público e incertidumbre: ¿causa o consecuencia?
Perry, G. E., & Arias, O. (2007). INFORMALIDAD: ESCAPE Y EXCLUSIÓN.
Velásquez-Castellanos, I., & Dufner, G. (2020). Economía informal e informalidad en una sociedad multiétnica.
[1] (Fundación Milenio, 2022, pág. 8)
[2] (Hernández Mota, 2007)
[3] (Velásquez-Castellanos & Dufner, 2020)
[4] (Perry & Arias, 2007)