Las dos caras de la moneda en el empleo ¿Cifras críticas o mejoras?
Las políticas de empleo en los últimos años han sido motivo de interesantes debates entre los analistas laborales, sin embargo, muchos de ellos indican que las políticas implementadas van en desmedro del mercado laboral, la productividad y la competitividad. En algunos casos se podría decir que son ciertas estas aseveraciones. No obstante, se olvidaron de la otra cara de la moneda; la de realizar el análisis de los beneficios que conllevan las políticas laborales.
Cifras y empleo
Las recientes políticas laborales promulgadas por el actual gobierno como ser el salario mínimo, haber básico y doble aguinaldo traen consigo importantes aspectos para debatir. El salario mínimo, por ejemplo, en los últimos 30 años mostró un comportamiento ascendente, con gran tendencia al alza en los últimos años. Este factor se debe a altas tasas de incremento aplicadas al salario mínimo mediante la promulgación de decretos supremos, principalmente, en el gobierno del Sr. Evo Morales Ayma. Asimismo, estos incrementos se atribuyen al boom económico de Bolivia en el último decenio.
Igualmente, es importante realizar la vinculación del salario mínimo con la canasta familiar o la inflación para apreciar el poder adquisitivo real de esta remuneración. El comportamiento de la inflación boliviana presentó una tasa con tendencia decreciente. No obstante, para apreciar el verdadero impacto, se tiene que dividir en dos periodos el análisis. El primero, entre los años 1986 y 1997, en los cuales la inflación estaba por encima del salario mínimo; y por ende, el poder adquisitivo del salario era menor. Por otra lado, en el periodo 1998 y 2017, la inflación se encontraba por debajo del salario mínimo, lo cual muestra que el salario mínimo real no perdió poder adquisitivo a gran escala conforme éste iba creciendo, por el contrario, la pérdida fue pequeña exceptuando el periodo 2007-2008, donde se presenta altas tasas de inflación. Asimismo, es importante recalcar que el impacto negativo de la inflación en el salario mínimo, puede ser contrarrestado con la productividad de la persona o empresa.
Con respecto, al incremento del haber básico y al doble aguinaldo, aplicado en los últimos años, generó un gran debate entre los empleadores del sector privado. Muchos de ellos manifiestan, que el incremento del haber básico y el doble aguinaldo generarán la destrucción del empleo, la inviabilidad económica de quienes generan estas fuentes de trabajo y aumentó el empleo informal.
Estas aseveraciones son ciertas, pero el impacto a corto plazo no es tan visible y severo debido a que estamos en la etapa final del boom económico. No obstante, si se continúa con estas políticas laborales a largo plazo, el efecto puede ser catastrófico debido a que la economía ya no se encuentra en la etapa de bonanza.
A tal efecto, el gobierno tiene que buscar alternativas para impulsar los diversos sectores de la economía y no así las tradicionales. Igualmente, las políticas de empleo aplicadas deben ser monitoreadas e implementadas conforme evoluciona la economía, y no pueden decretarse políticas laborales sin primero verificar la economía y su comportamiento. Caso contrario, estos incrementos irracionales, tendrán impactos negativos e irreversibles en la economía y población. Al mismo tiempo, el sector privado debe buscar ser más productivo para contrarrestar la subida de los salarios. Ambos actores, el gobierno y el sector privado, deben alinearse en pro de mejorar la economía y el bienestar de la población.
Las mejoras y las políticas de empleo
Los sectores económicos de Bolivia, en el último decenio mantuvieron su misma estructura, que años anteriores, si bien evolucionaron en ciertos aspectos, los mismos no fueron trascendentales. Se mantuvo, la forma tradicional de exportación de materias primas como ser el gas y los productos de la minería. No obstante, lo contrario sucedió con los sectores no tradicionales como el sector de la construcción, comercio, transporte y servicios, los cuales incrementaron su demanda laboral.
Estos sectores absorbieron gran cantidad de trabajadores no calificados y, por ende, sus ingresos se vieron mejorados por las políticas laborales aplicadas por el Sr. Evo Morales Ayma. Por tanto, a partir de 2005 hubo una nueva dinámica en el mercado laboral, la cual se aprecia con la mejora en los ingresos de los trabajadores menos calificados, como también lo confirma la investigadora Fernanda Wanderley.
De la misma manera, las políticas de empleo aplicadas por el actual gobierno generó un impacto positivo en la población, principalmente en aquella población que se encontraba en un estrato social bajo. Este ascenso a un nuevo estrato social significa una disminución en la pobreza y desigualdad en la población.
No obstante, las políticas de empleo, no fueron alentadoras en los trabajadores calificados y en los otros estratos sociales. Los trabajadores más calificados no percibieron las bondades de las políticas laborales, por el contrario, se vieron afectados por los despidos o cierre de sus fuentes laborales.
En síntesis, las políticas laborales implementadas en los últimos años mostraron dos impactos significativos, el primero, en el sector privado causó el cierre de varias empresas y el despido de sus empleados, que conllevó al incremento del desempleo y del mercado laboral informal. El segundo, generó un incremento en el bienestar de los trabajadores menos calificados, los cuales se encuentran en el estrato social bajo, que fueron beneficiados con mayores ingresos y el ascenso a un estrato social más alto y, por ende, a acceder a una nueva educación, salud y otras opciones que antes no era posible debido, precisamente, al bajo nivel de ingresos.