¿ENDEUDARSE ES MALO? NO LO ES. PERO EVALUEMOS BIEN LOS RIESGOS ANTES DE HACERLO

A quién no le ha sucedido a lo largo de la vida. Nos alcanza el dinero ahorrado para comprar una moto, pero no así para un automóvil. O, tal vez, para adquirir un terreno, pero no así para una casa. O, simplemente, nos alcanza el dinero para cubrir un pequeño viaje al interior del país y no para unas vacaciones soñadas en el exterior.

Ante tales situaciones y para lograr objetivos o necesidades más grandes, como emprender un negocio o ampliarlo, una de las alternativas es acudir a un préstamo financiero.

La pregunta que surge entonces es: ¿Endeudarse es malo? La respuesta es: no. De hecho, muchos consumidores financieros que empezaron su relación crediticia con Entidades de Intermediación Financieras (EIF) a través de préstamos de montos pequeños o microcréditos (con destinos: capital de operaciones o de inversión) hoy son considerados Pequeños Empresarios para el Sistema Financiero, porque les fue muy bien patrimonial y financieramente en el tiempo.

Por otra parte, sobre créditos de vivienda, las facilidades para la otorgación de préstamos para este destino y la regulación de condiciones, garantías y de tasas de interés (incorporadas en la Ley N°393 de Servicios Financieros), han permitido que, en la actualidad, exista un importante número de prestatarios propietarios de bienes inmuebles o (consumidores financieros) con créditos con destinos: construcción, ampliación o mejoras de vivienda.

Y, finalmente, si de créditos de consumo y de libre disponibilidad se trata, el abanico de opciones crediticias o productos crediticios para este fin, se ha ampliado en el mercado significativamente según los riesgos de cada EIF.

En consecuencia, si alguien quiere lograr sus objetivos de negocios (capital de trabajo o de inversión) o personales (vivienda, consumo o libre disponibilidad), endeudarse es una opción para alcanzarlos.

Algunas recomendaciones antes de adquirir un préstamo:

  1. Analice bien sus riesgos. ¿Qué significa ello? Defina a cabalidad el monto de préstamo que necesita y su plan de inversión. Se recomienda, por ejemplo, que cuente con un “pie de apoyo” y que el monto a solicitar no supere su patrimonio actual (que contablemente se entiende como la diferencia entre el total de sus “activos” y sus “pasivos”), a objeto de evitar posibles sobreendeudamientos.
  2. Evalúe su capacidad de pago. Sea sincero con la información que brinda a su EIF sobre el monto que podría cubrir en cuotas para cumplir con el préstamo solicitado. Analice la estabilidad de sus ingresos en las últimas gestiones; observe y compare el comportamiento de sus ahorros logrados en ese mismo periodo. Discrimine en esta pequeña evaluación, sus posibles ingresos futuros y evalúe usted mismo sus posibilidades de cumplimiento de pago.
  3. No acuda a firmar solicitudes de créditos a varias entidades financieras al mismo tiempo, infórmese sobre las condiciones que le ofrecen cada una de éstas (tasas de interés, garantías, planes de pago, condiciones crediticias) y recién inclínese por la mejor opción. Obviamente las EIF harán una evaluación crediticia mucho más profunda, acorde a sus políticas, tecnología y riesgo crediticio. 
  4. Contar con buenas garantías u ofrecer buenas garantías “no garantiza” que usted sea sujeto de un préstamo, tampoco que sea un buen pagador de créditos. Las garantías ofrecidas por los consumidores financieros a las EIF, en general, solo son un colateral del préstamo solicitado.
  5. Sea buen pagador. Cumpla con sus obligaciones crediticias o planes de pago, para no ser reportado negativamente en los diferentes Burós de Información o Reportes de Información Crediticios. Su buen comportamiento de pagos o su historial de buen cumplimiento de pagos “presente”, le ayudará en un futuro a obtener nuevos financiamientos en cualquier entidad financiera.

Otras consideraciones:

Se pueden obtener más de un préstamo financiero y pueden ser adquiridos con fines o destinos distintos (capital de trabajo o inversión, vivienda y consumo), siempre y cuando, el prestatario, cuente con la capacidad de pago suficiente y la solvencia patrimonial y moral para cubrir las deudas solicitadas.

Asimismo, es importante conocer que los créditos obtenidos se pueden cancelar anticipadamente en cualquier momento del plazo acordado; y también, que se pueden efectuar amortizaciones a “capital” y obtener un plan de pagos actualizado de acuerdo a la solicitud de amortización realizada.