LOS AVANCES DE LA IGUALDAD EN BOLIVIA

La idea sobre igualdad es casi tan antigua como la historia del hombre. Todos creemos que algún sentido de igualdad es socialmente deseable, pero diferimos en la métrica para alcanzarla. Hablar de igualdad no es tan simple como asumir que todos seamos meritorios a una misma repartición de recursos de la economía. La igualdad tiene un carácter multidimensional más allá de la tradicional manera de medirla que es el ingreso. En realidad, hablar de igualad consiste en construir pactos sociales entorno a imaginarios colectivos comunes. 

El camino hacia la igualdad es un tránsito al desarrollo que todo país debe recorrer, solo que algunos lo hacen más rápido que otros. Pero el terreno sobre el cual debe moverse no es uniforme ni lineal. El camino a la igualdad está lleno de obstáculos y requiere de convicción, voluntad política, pactos sociales y un buen contexto económico entre otros factores para avanzar en esa dirección. 

El Comité de Oxford de Ayuda contra el Hambre (Oxfam) presentó un informe denominado “La igualdad posible. Alternativas para imaginar la próxima milla en Bolivia”. El informe documenta cifras reveladoras del avance de la igualdad en Bolivia y los desafíos hacia adelante. 

Tal vez el indicador más tradicional para medir el avance de la igualdad es el índice de Gini que se redujo de 0,6 a 0,4. La reducción de la desigualdad del ingreso en Bolivia ha sido un proceso histórico, económico y político reconocido a nivel internacional y que surge del nacimiento del nuevo Estado que establece un nuevo pacto social, nuevos roles para la política fiscal y la construcción de una nueva institucionalidad. La reducción de la desigualdad del ingreso en Bolivia es una combinación entre un aumento de los ingresos y el consumo privado de las familias y un aumento de la oferta de bienes públicos como nunca en la historia. 

El informe también analiza otras dimensiones de la igualdad no solo monetarias sino otras vinculadas al género, culturales, sociales, educativas y en cuenta que aún existe mucho espacio para reducirlas. La brecha salarial entre hombres y mujeres todavía permanece persistentemente alta a pesar que ésta se ha reducido, los años de educación han aumentado sin embargo existe diferencias marcadas entre hombres y mujeres, de acuerdo al área geográfica, la condición de indígena o no, entre otros. 

En el contexto de la pandemia algunas de estas desigualdades se han reabierto y otras han aparecido. Por ejemplo, la tasa de subocupación en mujeres es casi el doble que la de hombres. Bolivia ha sido el cuarto país en el mundo con más días de cierre escolar en 2020. Después del cierre escolar 50% del decil más rico continuó con actividades educativas frente al 10% más pobre que solo lo hizo en 28%. Según OXFAM, 9 de cada 10 bolivianos afectó su situación económica por causa de la pandemia.

El informe no solo borda las desigualdades observadas u objetivas, sino que se adentra al debate sobre aquellas desigualdades percibidas o subjetivas. El informe destaca que la percepción de la desigualdad es diversa entre regiones, estratos sociales, grupos etarios e incluso desde el propio género. El documento deja en claro que existen distintas percepciones sobre un mismo tipo de desigualdad. Por ejemplo, la sensibilidad socioeconómica y de género entre los individuos y regiones es diferente.

De la revisión del documento queda claro que no hay una, sino distintas trayectorias de igualdad por recorrer. Este documento allana el camino para una mejor comprensión de cuáles son estos sentidos de igualdad sobre los cuales la sociedad boliviana debe comenzar a reflexionar, por cuanto pavimenta el camino, traza la ruta y clarifica las ideas entorno a esta temática.

Para continuar en esta dirección, el informe plantea algunos desafíos: 1) Profundizar el proceso de redistribución del ingreso. 2) La importancia de la política fiscal como instrumento redistribuidor y que debe tener una mayor focalización inclusiva. 3) Asignar mayor gasto y diseñar una política de protección social basada en las necesidades de la población. Desarmar las desigualdades más excluyentes y que están relacionadas entre ellas.  4) Romper con los privilegios no asociados a esfuerzos mediante una tributación más activa sobre los excesos de riqueza. 5) También se trata de combatir tipos de discriminación y exclusión social porque son el origen de las desigualdades. 

La búsqueda de igualdad en Bolivia es imprescindible para alcanzar un horizonte de convivencia común.  Este informe pone en la agenda nacional la necesidad de mayor igualdad. Se trata de transitar de una mayor igualdad de ingresos a una igualdad multidimensional. Muchas de ellas requieren intervenciones cada vez más precisas y enfocadas y, en otros casos, no se requiere necesariamente de muchos recursos sino de voluntades políticas, acuerdos sociales y de buscar nuevas institucionalidades eficaces para encararla. Este informe seguramente dará mucho de qué hablar en el país.