LO QUE HAY DETRÁS DE UN ESCENARIO DE DEVALUACIÓN EN UN CONTEXTO CON TIPO DE CAMBIO FIJO, BOLIVIANIZACIÓN Y BAJA INFLACIÓN

Para hablar del presente tema es importante recordar escenarios similares a éste y cuáles fueron sus respectivas secuelas. Para ello, se recordarán crisis cambiarias que demostraron las consecuencias que trae consigo la devaluación en un entorno donde la estabilidad económica depende considerablemente del tipo de cambio, desde la experiencia internacional y la nacional. 

Experiencia internacional. ¿Qué tenían en común los países que vivieron la crisis cambiaria? Primero, se encontraban atravesando una coyuntura económica dificultosa. Segundo, constantes ataques especulativos. Tercero, no contaban con la cantidad adecuada de reservas internacionales. Cuarto, se procedería a devaluar su moneda.  

Considerando lo mencionado, comencemos viendo qué ocurrió en las crisis de México (1994-1998), Asia Oriental (1997-1998) y Argentina (2001).

En la crisis mexicana y asiática, la liberalización financiera impulsó los efectos adversos que trajo consigo la crisis cambiaria. 

En la crisis argentina, si bien el sistema financiero se encontraba bien regulado, los problemas provinieron por parte del gobierno, siendo que éste obligaría a los bancos a hacerse cargo de sus deudas.  

Los problemas que trajo consigo la devaluación para estos países fueron: estanflación, crisis bancarias e incertidumbre. 

Experiencia nacional. No hay mejor ejemplo que la crisis de 1985, donde la devaluación desempeñó un rol muy importante en la economía boliviana respecto a la dolarización. Posteriormente los efectos negativos de la dolarización se reflejaron en precios de bienes duraderos y en el sistema financiero. 

El problema en el sistema financiero fue el traspaso de riesgo cambiario que se generaba en los bancos de prestamistas hacia prestatarios, lo cual, trajo consigo incrementos considerables en la mora. Además, del incremento en el riesgo de liquidez como consecuencia de las corridas bancarias. 

Situación actual. Actualmente las expectativas de los agentes económicos respecto al tipo de cambio siguen siendo un tema de qué hablar, las razones detrás de esto se suscitan principalmente porque el entorno económico en Bolivia no es nada favorable como consecuencia de la crisis sanitaria (COVID 19), la invasión de Rusia a Ucrania, la constante fluctuación de los precios internacionales y el descenso de las Reservas Internacionales. 

Considerando la experiencia extranjera y nacional, modificar la política cambiaria en estos momentos no es la solución más viable; como menciona el analista económico Jaime Dunn en uno de sus artículos más recientes: “De ninguna manera tocar el tipo de cambio es una solución, o parte de la solución a los problemas”.