Menos impuestos, más recaudación

“La visión del Gobierno sobre la economía se podría resumir en unas pocas frases cortas: si se mueve, ponle impuestos; si se sigue moviendo, regúlalo. Y si deja de moverse, subsídialo”.

Ronald Reagan

 

El 14 de diciembre del año 2000, en una servilleta, se firmaba el compromiso para fichar a Lionel Messi en el F.C.B., esta servilleta se encuentra a buen resguardo en la caja de un banco. Ahora que Messi se quedó con el pase en su poder y su continuidad está en cuestionamiento es interesante saber el sentido de urgencia que se tenía más de veinte años atrás para su contratación. En Bolivia, el 18 de mayo de 1972, el abogado Reynaldo Peters, en la celda “El Tropezón” con una vela, la tinta seca de un bolígrafo y un cerillo, escribió un “Hábeas Corpus” y lo introdujo en un calcetín. Luego de varios rechazos, dicho papel higiénico fue pegado en papel membretado para poder ser recibido por la Corte Suprema de Justicia.

A finales de 1974, en el Hotel Washington, Arthur Laffer, profesor de economía de la Universidad de Chicago, trazaba en una servilleta de tela blanca, la “curva de Laffer” en la cual explicaba al Jefe y al Subjefe de gabinete del presidente Ford, que incrementar impuestos no siempre genera mayor recaudación. La servilleta que el periodista Jude Wanniski le pidió a Laffer, ahora se encuentra en el Museo Nacional de Historia en Washington. 

 La curva de Laffer consiste en una campana, que en el eje de abscisas presenta los impuestos y en el de ordenadas la recaudación. Si en el eje de abscisas presentáramos el valor 0 (un lugar completamente libre de impuestos) entonces en las ordenadas tendríamos recaudación cero (lo cual es obvio por no existir nada de contribución). A medida que va incrementándose el impuesto, la recaudación también se incrementa hasta llegar a un punto de inflexión en el cual a medida que los impuestos aumentan la recaudación disminuye hasta llegar a cero, esto se debe a que si a una persona se le dice que el cien por ciento de lo que produce será tomado para el Estado, dicha persona no tendría incentivos para producir y por tanto el Estado no recaudaría nada. Es importante recalcar que para cada tipo de impuesto y para cada país existe una curva de Laffer distinta y que el punto de inflexión no necesariamente se encuentra en el 50%. Otro punto importante a considerar es que no siempre es deseable estar en el punto máximo de recaudación, y que se puede preferir tener menor recaudación permitiendo que los ciudadanos tengan menor presión fiscal y motivando a las empresas a invertir en el país. Sin embargo, aunque parezca contra intuitivo, si existiera una situación de emergencia por la cual se necesite mayor recaudación, la curva de Laffer indica que el exagerar en el incremento de impuestos lleva a una menor recaudación.

El peligro de caer en una “impuestocracia” no solamente implica mayor presión para el ciudadano que paga impuestos, también es contraproducente para el propio Estado, que recauda menos, el mercado formal se ve desincentivado y la gente que produce prefiere el mercado informal o encontrar cualquier mecanismo que le permita evitar el pago de impuestos. 

La situación empeora cuando los servicios de salud pública, transporte y otros a los que se deben destinar los recursos, son ineficientes, burocráticos y corruptos, el ciudadano se ve obligado al pago de impuestos, pero no tiene posibilidad de exigir que esos recursos sean bien invertidos, en lugar de recibir lo que se supone que debe recibir, observa cómo se destinan los recursos en campañas de los gobiernos de turno o en gastos absurdos.

Ante la situación actual, existiendo las necesidades urgentes de inversión en el sector de salud se deben tomar dos medidas muy importantes: reducir el gasto público e incrementar la recaudación, de esta manera se tendrán los recursos necesarios para enfrentar la crisis sanitaria. Reducir el gasto público implica dejar de derrochar en campañas políticas y mediáticas, dejar de prometer “premios” a las poblaciones que apoyaron con el voto al gobierno central, dejando de contratar gente a la que se debe favores políticos (tanto en el gobierno central como en los municipios y gobernaciones). Incrementar la recaudación es también importante, pero el camino que se sigue al incrementar impuestos es el equivocado, no solamente se recauda menos, a mediano y largo plazo se presentan muchos otros problemas colaterales.

Por lo visto la famosa frase “menos es más” también se puede aplicar a la recaudación. La urgencia con la que se debe llevar este mensaje es vital, ya sea en una servilleta, un papel higiénico o por medios digitales.