Educación Financiera Digital En Latinoamérica

La educación financiera en este nuevo milenio se está convirtiendo en un factor determinante no solo para los interesados en el mundo financiero, sino para la población en general. En esta transición que está atravesando el mundo de un sistema físico a uno digital el gran desafío que se tiene es la adaptación de la sociedad a las diferentes innovaciones digitales que se tienen cada vez más al alcance. 

La adaptación se torna mucho más complicada en el caso de las generaciones X, baby boomers y silenciosa. Ya que ellos nacieron y se criaron en una época donde todo era de manera personal y física, al hablar de temas financieros o que impliquen el movimiento de dinero, las personas de estas generaciones necesitan tener un comprobante tanto visual (ver con sus propios ojos la transacción) como también un comprobante físico (una factura o recibo de la transacción que están realizando).

Las carencias de Latinoamérica en esta adaptación se hicieron mucho mas evidentes al empezar la pandemia mundial que estamos atravesando actualmente, la misma que nos forzó a tener un cambio brusco a un sistema digital en prácticamente todos los ámbitos de nuestra vida, países de primer y segundo mundo no tuvieron tantos problemas con este cambio ya que tienen inculcada en su costumbre el movimiento electrónico en temas financieros, pero en nuestro continente se pudo evidenciar los problemas que tenemos para adaptarnos a estos cambios que se dan.

Durante la pandemia en Latinoamérica la población bancarizada creció en un 25%, dato no menor considerando la resistencia que tuvieron ciertos sectores de la población a dejar su dinero en manos de alguna institución financiera durante tantos años, esta crisis sanitaria que vivimos actualmente nos obligó a adaptarnos al mundo digital en muy poco tiempo, muchas empresas o negocios se enfrentaron a ‘adaptarse o morir’, negocios que los manejan personas de avanzada edad tuvieron que reinventarse para poder atravesar la nueva realidad que se está viviendo. A su vez, la población en general se vio obligada a capacitarse en áreas digitales para poder realizar sus actividades frente a esta crisis sanitaria. 

Los servicios financieros durante la pandemia fueron declarados en un 82% de nuestro continente como un servicio esencial, es llamativo que países como Uruguay y Argentina estén con unas calificaciones mas bajas al promedio que se tiene en Latinoamérica en educación financiera digital, también se puede apreciar que en estos dos países los servicios financieros no fueron declarados como un servicio esencial. 

Si bien durante esta pandemia se dio un gran salto al mundo digital dentro del área financiera, aunque nos falta mucho como continente para llegar al nivel de América del norte, Europa o Asia; que pudieron estandarizar muchas actividades financieras y económicas con métodos digitales o electrónicos, además que esto motiva a la creación de nuevos emprendimientos para distintas áreas con inclusiones digitales. 

El problema dentro de Latinoamérica viene desde los gobiernos centrales, lamentablemente muchos países aun no hacen el cambio de pago de tributos, y etc. A mecanismos digitales, y si es que dan la opción de hacer estos pagos de manera digital; no lo socializan de manera adecuada y no tiene el impacto que debería, a su vez, las entidades financieras no están realizando la socialización de los distintos servicios que ofrecen a la población de manera adecuada, si bien personas de la generación Y y Z podrán absorber la información de un nuevo servicio digital con tan solo una explicación o un tutorial básico, para el resto de la población se torna más complicado comprender innovaciones electrónicas. 

También la responsabilidad de que no podamos adaptar a nuestro continente a esta era digital es de la sociedad común, ya que no buscamos culturalizarnos en estas nuevas áreas que van apareciendo diariamente, nos cuesta salir de nuestra zona de confort y nos conformamos con el sistema obsoleto en el que estamos estancados actualmente, es preocupante la falta de motivación y la carencia de ese ser autodidacta dentro de nuestra sociedad, el cambio debería empezar en uno mismo y así contagiar a nuestro entorno a dar ese salto que es cada vez mas necesario para sobresalir en un mercado laboral tan saturado actualmente.