Los fuegos artificiales de la innovación

Seguro usted, mi estimado lector, recordará la primera vez que vio fuegos artificiales, nada más impactante y esplendoroso que ver esas luces en el cielo; pero también seguro recordará que después de tan bello show, su vida continuó sin mayor impacto del deleite del espectáculo visto. Pues ahora, parece ser que la Innovación ha traído al mercado también su propio espectáculo de fuegos artificiales.

La corriente de la innovación ya se encuentra en el lenguaje frecuente de las organizaciones. Se habla de cómo se llega a ser innovador y perturbar el mercado. Sin embargo, hasta ahora varias de las primeras organizaciones que son denominadas innovadoras, muy probablemente, ya han lanzado fuegos artificiales.

Las organizaciones en su afán de forjar un posicionamiento se encuentran lanzando al mercado varias innovaciones que, sin embargo, causan dudas sobre la creación de valor para el cliente. Y así, están dejando de lado un precepto indiscutible: la Innovación debe crear valor. Lo cierto es que, de alguna manera, tenemos que lograr capturar la mayor parte de él.

Al parecer aún existe un camino de dudas y sombras en la definición de Innovación y por sobre todo, en el desarrollo de la misma. A nivel ejecutivo se debe discutir ampliamente la definición que se establezca dentro de una organización y cómo con más ahínco se desarrollarán las capacidades internas para llevar a cabo tan imperante objetivo y los recursos necesarios para tal fin.

A nivel táctico y operativo se hace primordial zanjar esa delgada línea entre las tareas y actividades de innovación y las que son de naturaleza de los proyectos. Asimismo, es necesario definir en qué situaciones se utilizarán metodologías y prácticas para entornos inciertos y cuando se harán uso de las metodologías de gestión ya conocidas en ambientes muchos más estables que cuentan con mayor información.

La alta dirección debe muñirse de nuevos conocimientos a nivel ejecutivo que les permita “hablar un mismo idioma” acerca de la innovación y su importancia estratégica; así como del conocimiento suficiente de prácticas y herramientas utilizadas en la implementación de los procesos de innovación. Esto también servirá para evaluar de una manera eficiente y precisa a terceros que pueden ayudar a la organización en este proceso. De esta manera se evitará cometer errores en la contratación de consultorías que agregarán muy poco valor a la estrategia y a los resultados, y que podrían causar frustración en los equipos.

Recuerde que el éxito en la implementación de la Innovación requiere cambios sustanciales en la estrategia, cultura y liderazgo y sería irresponsable pensar que estos desafíos serán resueltos en el corto plazo; pero es mejor comenzar ahora que dejar esto a la generación espontánea.

A casi todos los ejecutivos les gusta los fuegos artificiales, pero más les gusta los buenos resultados tangibles de los cambios trascendentales.