Educación en Bolivia: ¿Cómo convive la educación con la pandemia?

 

La pandemia del Coronavirus ha obligado a los países de la región y el mundo a optar por la educación a distancia (virtual o no), Bolivia no fue la excepción, y es que, en el caso boliviano se han tenido dificultades para ingresar a esta modalidad de educación, partiendo por la imposibilidad económica de varias familias para adquirir equipos tecnológicos como celulares, computadoras o un servicio de internet para acceder a clases, hasta la falta de políticas públicas efectivas para facilitar el acceso a la educación a distancia, desde el confinamiento en 2020, con una muy criticada clausura escolar de por medio, y aún ahora es una situación complicada que hace evidente las consecuencias futuras en la calidad académica en todos los subsistemas de educación, no obstante aún se pueden y deben realizar acciones al respecto, ya que no se sabe ciertamente cuándo se tenga una “mejor” normalidad.

Si hablamos del contexto previo al de la emergencia sanitaria, es evidente que a lo largo de los últimos años se ha logrado ampliar la cobertura a más estudiantes e integrarlos al Sistema Educativo, en sus distintos subsistemas, conjuntamente a un incremento del gasto corriente[1] en educación y un incremento en menor medida del gasto de capital[2], que desde el año 2006 hasta el 2019 permitió que el número de Unidades Educativas aumente en casi 500[3].

Además, la tasa de abandono escolar redujo notablemente, llegando al 2,7% en 2019 y una tasa del 94,9% de estudiantes que concluyeron el bachillerato.

TABLA 1.   TASA DE ABANDONO Y BACHILLERATO 2007 – 2019 (%)
AÑO 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019(p)
Abandono 5.1 5.3 3.4 3.4 2.2 2.7 2.9 2.9 3.3 3.4 2.7 2.5 2.7
Bachillerato 88.7 89.3 91.3 90.6 92.1 92.1 93.0 95.2 94.4 94.3 94.8 94.7 94.9
Fuente: Elaboración propia con datos de la UDAPE

Y si bien se tienen más estudiantes en el sistema educativo, al pensar en la calidad de educación que los enmarca, nos encontramos con que Bolivia no participa de la prueba internacional PISA[4] y un OPCE que ha estado poco activo en la generación de información de la calidad educativa boliviana. Sin embargo, para darse una idea de esa situación, de todos los estudiantes que llegan al bachillerato, apenas casi la mitad ingresa a la Universidad, poniendo en evidencia parte de la falta de acciones por mejorar las virtudes de los estudiantes.

Ahora, el contexto actual de la pandemia, ha dado lugar a que muchos estudiantes tengan un relativo o nulo acceso a las clases a distancia, el principal motivo es el económico, que rompió esa mayor cobertura –ahora débil- que se había logrado hasta antes de la llegada del COVID-19, lo que no garantiza a las familias vulnerables el tener una educación y mucho menos una educación de calidad. Lamentablemente las políticas públicas no fueron efectivas, que dieron por clausurar el año escolar 2020 ante estas dificultades, Bolivia fue de la mayoría de los primeros países en implementar educación a distancia mediante el D.S. 4260, pero sin más hasta ahí se pudo llegar. Es indudable que la calidad académica se verá muy afectada por todo esto, es decir, es muy probable que el número de estudiantes que ingresan a la Universidad respecto al total de bachilleres sea menor en una importante cantidad, incluso podría darse una reducción seria en el número de estudiantes matriculados en etapa escolar, lo que nos llevaría nuevamente a mayores tasas de abandono escolar, asimismo el aprendizaje no se da con la misma retroalimentación que se tenía antes de la pandemia, lo que lleva al rezago académico estudiantil.

¿Qué se puede hacer?

Para la gestión académica 2021 se implementó la educación presencial, semipresencial y a distancia, dependiendo del nivel de riesgo de contagio en el que se encuentren los municipios del país, recién se adopta la medida de transmisión de programas educativos por televisión y radio (medida realizada sólo por 23 países de América Latina y el Caribe el pasado año según la CEPAL), sin embargo aún hay más por hacer, la CEPAL sugiere[5] dar continuidad al aprendizaje con la elaboración de una estrategia nacional de educación por medios digitales con la capacitación necesaria y continua a docentes, al mismo tiempo que la entrega de dispositivos tecnológicos a estudiantes de familias vulnerables, que en países como Uruguay ya se realizaba desde antes de la pandemia y que el 2020 sólo 8 países de América Latina y el Caribe adoptaron esta medida.

Se considera que el internet es una oportunidad única en cuanto a recursos pedagógicos, por lo que se debe privilegiar para intermediar los establecimientos educativos con los estudiantes en casa, además de que durante la pandemia se realice inversión dirigida a infraestructura digital. No dejar de lado la alimentación que se tenía en la educación presencial (desayuno escolar) y optar por medidas de entrega de kits de alimentos a los estudiantes, medida que sólo se realizó en 13 países de América Latina en 2020. Se debe hacer una adaptación del proceso de Evaluación, priorizando los objetivos de aprendizaje y retroalimentación de los estudiantes incluyendo a Instituciones de Educación Superior. También es oportuno apoyar a organizaciones dedicadas mejorar a la educación, como lo es “Microscopía para Todos” dedicada a áreas STEAM y así como ella muchas otras.

 

Referencias:

[1] Gasto corriente que en su mayoría es destinado a administración y salarios del plantel docente, siendo de que cada año el número de docentes aumenta en aproximadamente 2200 y que el 2018 este gasto corriente en educación llegó a casi 22,5 mil millones de bolivianos.

[2] Destinado a infraestructura y equipamiento de Unidades Educativas, gasto que sólo llegó a poco más de los 2 mil millones de bolivianos.

[3] Según los datos de la UDAPE

[4] Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos, por sus siglas en inglés.

[5] En el documento “La Educación en tiempos de la pandemia de COVID-19” publicado en Agosto de 2020.