La Industria sin Chimenea de República Dominicana “Un paciente en estado crítico”

República Dominicana, conocida por la calidez de su clima, la hospitalidad de su gente y bailes contagiosos como ser, el merengue y la bachata. Este país ofrece una amplia gama de lugares naturales, históricos y de gran riqueza cultural. La industria sin chimenea de República Dominicana, es la actividad económica que genera más divisas en el país, es la que aporta con más del 10% al PIB nacional. No obstante, el año 2020, este sector se vio impactado por la Pandemia del COVID-19, generando una paralización de su economía. Según la Organización Mundial del Turismo (OMT) en su análisis del impacto de la pandemia, indico que la crisis afectó al turismo ocasionando una pérdida económica que supera tres veces la pérdida de la crisis global del 2009. Dada estas características de la crisis que aún no cesa, surge la siguiente interrogante: ¿Cuál es el futuro de la industria sin chimenea de República Dominicana?.

Hitos Históricos

Antiguamente, República Dominicana estaba habitada por indígenas denominados Taínos quienes llamaban a su isla, “Quisqueya” (madre de todas las tierras); los Taínos fueron conquistados por Cristóbal Colón durante su primer viaje a América en 1492. Colón estableció allí la primera colonia nombrándola “La Española”. Durante la colonia, los colonizadores solicitaron importar esclavos africanos, los cuales comenzaron a llegar a la isla en 1503 para explotar la caña de azúcar, la cual condujo a un exponencial aumento de la importación de esclavos; más adelante, los colonos españoles fueron atraídos por las minas de plata de  México y Perú, lo cual repercutió con la disminución de la agricultura en esta región.

Posteriormente, “La Española” o conocida actualmente como República Dominicana, obtuvo oficialmente su independencia el 27 de febrero de 1844; sin embargo, la historia de este país desde entonces se caracterizó por una gran inestabilidad política y por la intervención extranjera, en particular de los Estados Unidos, quienes ocuparon el territorio desde 1916 a 1924. Al finalizar este periodo, República Dominicana elige democráticamente a un nuevo presidente (Horacio Vásquez).

Otro hito que marcó la historia de los dominicanos, fue la Gran Depresión de los 30’s, que generó un gran impacto negativo a la economía de ese país, reduciendo los precios del azúcar en gran magnitud, el cual era uno de los principales productos de este país.  Así mismo, la extensión del mandato presidencial de Vásquez ocasionó gran incertidumbre que desembocó en la revolución de Rafael Estrella Ureña quien fue elegido como presidente provisional. Subsiguientemente, Rafael Leónidas Trujillo, quien en ese entonces era jefe de la Policía Nacional, entra al escenario político de manera irregular y poco transparente. La presidencia de Trujillo conocida como la “Era de Trujillo” abarca el periodo 1930-1961. Su mandato se caracterizó por un control político absoluto con severa represión de los derechos humanos, siendo su fuente de poder y represión la fuerza militar.  En agosto de 1961 Trujillo fue destituido por la Organización de Estados Americanos (OEA) y disidentes opositores, finalizando así la “Era Trujillo”. Posteriormente, se eligió a un nuevo presidente, Joaquín Balaguer quien marcó el retorno a la democracia de este país.  

Turismo en República Dominicana

El turismo es uno de los sectores más importantes de la economía dominicana; este sector se ha convertido en la industria primaria de ingresos. El turismo dominicano es un tema que forma parte de la vida diaria de sus ciudadanos, ya que de él depende en gran parte su sustento económico, así como su manera de vivir. La industria sin chimenea del país caribeño empieza en la década de los 30’s, donde se ve la llegada de los primeros turistas. Los 40’s y 50’s se caracterizó por el fomento al turismo, el cual se reflejó con la inauguración del Malecón de Santo Domingo y el Hotel Jaragua. La década de los 60’s y subsiguientes años se caracterizó por el ascenso de la actividad turística hasta el año 2020, en el cual se evidenció una caída abrupta del turismo a causa de la Pandemia.

A parte de ser el turismo un generador de divisas a gran escala, República Dominicana posee una variedad inmensa de sitios para visitar. Entre ellos se encuentran sus famosas playas de Bávaro-Punta Cana y Playa Dorada en Puerto Plata, las que presentan gran flujo de visitas nacionales e internacionales. Del mismo modo, se cuenta con otros sitios que presentan gran número de visitas, como ser: Santo Domingo, Boca Chica, Juan Dolio, Las Terrenas y La Romana-Bayahibe.

Así mismo, la riqueza dominicana se refleja en su cultura, la cual cuenta con mucha historia que se nutre de la mezcla de raíces españolas, africanas y tainas. Dentro de la riqueza cultural dominicana se encuentra el merengue, el cual se interpretaba originalmente con instrumentos de cuerda, posteriormente se sustituyeron por el acordeón, la güira y la tambora. El merengue representa la unión de tres culturas: la influencia europea con el acordeón, la africana con la tambora y la taína por la güira.  Otro de los géneros musicales típicos de la cultura dominicana es la Bachata, influida por el bolero, el merengue y el son cubano. Entre los intérpretes más conocidos se encuentran: Juan Luis Guerra, Eddy Herrera, Manny Cruz y Fetita la Grande.

Otro atractivo turístico de República Dominicana es la gastronomía, la cual se caracteriza por una mezcla de sabores provenientes de Europa, África y la Taína; los platos más típicos son la bandera –arroz blanco, habichuelas y carne guisada- y el sancocho –estofado de carne guisada, hortalizas, plátano y yuca. Además de la comida, existen algunas bebidas que son clásicas de la gastronomía dominicana entre las que destacan el ron, el emblema de la isla, con él se realiza uno de los tragos más conocidos, la mamajuana, del que se dice que tiene propiedades afrodisíacas; otra bebida clásica es el Coco Loco, contiene vodka, tequila, ron, zumo de limón y crema de coco especialmente se encuentra en las playas.

Un paciente en estado crítico

La pandemia despojó al país de aproximadamente el 60% de sus ingresos por turismo, de acuerdo a las cifras del Banco Central de República Dominicana. En un año el monto de divisas que ingresó al país pasó de 4.086 millones de dólares en la primera mitad de 2019 hasta unos 1.638 millones de dólares entre enero y junio de 2020. Se trata de unos 2.448 millones de dólares menos por causa de la pandemia.  La caída del sector turístico fue de 43,3% en el primer semestre del 2020, el cual repercutió en una merma considerable en la recepción de divisas y miles de despidos.

El Ministro de Turismo de República Dominicana comparó la situación por la que atraviesa el sector con la de un paciente en “estado crítico”. En este contexto, el Ministro del área David Collado, presentó un programa de incentivos destinado al turismo con el objetivo de dinamizar esta actividad. El Gobierno ofreció a los dominicanos créditos blandos y descuentos en los hoteles. Del mismo modo, Collado anunció un Plan de Recuperación del Turismo, con disposiciones y protocolos sanitarios. Entre las principales medidas del Plan se encuentran: un seguro médico gratuito para los turistas extranjeros, test aleatorios, protocolos de seguridad, un plan de asistencia al viajero, entre otros. Collado aseguró que el Plan incluye medidas que al momento no tiene ningún país de la región. El plan también incluye una inversión en promoción y financiamiento de aproximadamente 28 millones de dólares americanos. Igualmente, se planea aplicar incentivos fiscales para la promoción del sector.

Más allá de la Pandemia

La crisis de la industria turística no guarda parangón, es la peor desde 1950, en el que se empezó a contabilizar estadísticamente la evolución del sector. La actividad turística es una de las más perjudicadas por esta crisis, de acuerdo a expertos en el área, pasarán tres o cuatro años para volver a los niveles turísticos anteriores. Ed Crouch, socio de Boston Consulting Group (BCG), recuerda que, en recesiones anteriores, el turismo recuperó sus niveles previos dentro de los dos primeros años, pero la batalla actual es diferente, está cargada de campos minados de los que no resulta nada fácil predecir los tiempos de fuga.

Para afrontar la crisis actual de la Pandemia, Crouch indica que, todos los actores del turismo, desde hoteles, aerolíneas, mayoristas de viajes y agencias, deben calibrar con extrema precisión sus indicadores, para reequilibrar la demanda, prepararse para conquistar de nuevo los mercados internos, impulsar ofertas de fidelización, reconfigurar sus posiciones y ventajas competitivas y diferenciales, para mantener o ganar cuotas de mercado. Del mismo modo, modificar sus tácticas de gestión para agilizar ingresos, reorganizar sus protocolos de desarrollo digital y medioambiental. Así mismo, no perder la posibilidad de protagonizar fusiones, adquisiciones o de diversificación de sus negocios.

El reinicio del turismo implica no sólo la renovación del sector, sino también una reingeniería a gran escala, como menciona Crouch, para ver la luz al final del túnel y de esta manera convertir la amenaza en oportunidades.